GLASGOW (Reuters) - Detrás de los titulares que promocionan una reducción de las emisiones y compromisos financieros, las conversaciones sobre el clima que lleva a cabo la ONU en Glasgow enfrentan una batalla por la credibilidad.

Durante la última semana, los países ricos incumplieron repetidamente sus promesas. Los grandes contaminadores intercambiaron acusaciones y los activistas ambientales han acusado de traición, mientras los años de negociaciones climáticas de la ONU para controlar las emisiones de carbono y proteger a los más vulnerables han tenido poco efecto.

"No hemos visto sinceridad en los compromisos y el progreso alcanzado por los países desarrollados, y hemos escuchado muchos más eslóganes que resultados prácticos", escribió el delegado chino Gao Xiang en el periódico oficial de Shanghai el sábado, el Guangming Daily.

Las emisiones están aumentando y las temperaturas globales, que ya son 1,1 grados Celsius más altas en promedio que en la época preindustrial, continúan subiendo. Las naciones ricas, que no cumplieron con la fecha límite de 2020 para entregar 100.000 millones al año en financiamiento climático a las naciones más pobres, ahora dicen que no cumplirán esa promesa hasta 2023.

Los activistas han calificado la fanfarria de la primera semana como un "lavado verde", incluso cuando los delegados de los países y los negociadores de la ONU todavía están trabajando en los detalles para implementar viejas y nuevas promesas.

Pero con la historia de la diplomacia climática plagada de promesas incumplidas, muchos se han preguntado: ¿qué debe cambiar más allá de la conferencia de dos semanas de este año para garantizar una rendición de cuentas?

TEMAS PENDIENTES

Los negociadores de casi 200 países regresarán a la mesa de la COP26 el lunes, cuando quedarán solo cinco días para cerrar los acuerdos necesarios para limitar el calentamiento global a 1,5 grados Celcius.

Entre los grandes problemas por resolver se encuentran establecer reglas confiables para los mercados de carbono, evaluar cómo los países industrializados deben pagar las pérdidas relacionadas con el clima en las que incurre el resto del mundo y obtener financiamiento para ayudar a los países en desarrollo a adaptarse.

Pero una idea ha ganado fuerza: hacer que los países revisen y, si es necesario, actualicen sus compromisos de reducción de emisiones cada año, en lugar de hacerlo según el calendario actual de cinco años.

"Es una emergencia. ¿Cada cinco años? Eso no es tratarlo como una emergencia", dijo Saleemul Huq, asesor del Foro Vulnerable al Clima de 48 países, que comenzó a presionar para obtener revisiones más frecuentes incluso antes de que comenzaran las conversaciones de Glasgow.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, dijo a los delegados la semana pasada que, si la COP26 no llega a grandes acuerdos, se debería exigir a los países que revisen sus planes climáticos todos los años.

El enviado de Estados Unidos para el clima, John Kerry, también respaldó unas revisiones más regulares.

"Espero que tengamos un marco muy bueno. Ya sea cinco años (o menos), no puedo decírselo hoy", dijo Kerry a periodistas el viernes. "Pero definitivamente debería ser lo más bajo que podamos".

Los partidarios de esta medida dicen que es crucial. Con solo 10 años para reducir las emisiones globales en un 45%, lo que los científicos dicen que es vital para mantener bajo control el aumento de la temperatura, los países deben rendir cuentas anualmente, aseguran.

"Sería negativo en mi mente salir de aquí con un horizonte demasiado largo", dijo Kerry.

Para los países más pobres con capacidad gubernamental limitada, una iniciativa anual podría generar problemas.

"Un año es un lapso demasiado corto", dijo Chioma Felistas Amudi, directora científica adjunta del departamento de cambio climático del Ministerio de Medio Ambiente de Nigeria.

Felistas dijo que muchas de las promesas de los países, llamadas Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional, abarcan una amplia gama de áreas, planes energéticos e iniciativas gubernamentales que necesitan tanto voluntad política como respaldo financiero.

"Un registro de un año interrumpiría el proceso de implementación", dijo. "Cinco años nos da más tiempo para implementar y también hacer un balance".

El ministro de Medio Ambiente de Gran Bretaña cuestionó si se necesitaban cambios formales en el proceso de la ONU.

"Cuando tienes estos eventos anuales... hay muchas referencias a acuerdos anteriores", dijo George Eustice a Times Radio, aunque no lo descartó.

(Reporte adicional de Kate Abnett en Bruselas, David Stanway en Shanghái y Kylie MacLellan en Londres. Editado en español por Rodrigo Charme)