Por Stephen Wilmot 
  THE WALL STREET JOURNAL 

Los inversores pueden permitirse acallar gran parte del ruido sobre la escasez de microchips de este año, ahora que los fabricantes de automóviles presentan los resultados del segundo trimestre. Sin embargo, deberían prestar más atención a cualquier acuerdo estratégico entre las dos industrias.

Daimler inauguró la temporada de resultados de los fabricantes de coches el miércoles anunciando un margen operativo ajustado del 12,8% en su división insignia Mercedes-Benz, un porcentaje muy elevado para los estándares del sector. Pese a ello, las acciones del grupo cayeron en la apertura. La compañía adelantó algunos resultados la semana pasada debido a que superaron con creces las estimaciones de los analistas. La noticia más llamativa de esta semana ha sido que ya no espera crecimiento de las ventas de los coches Mercedes-Benz este año debido a la escasez de semiconductores. Anteriormente indicó que las entregas se situarían "significativamente por encima" del nivel del año pasado, lo que fue frustrado por los cierres relacionados con la pandemia.

La falta de chips se perfila como el tema dominante de otra temporada de resultados para el sector de los automóviles. La actual escasez, que podría durar al menos hasta el año próximo, es un gran reto de gestión y está provocando movimiento inusuales en el mercado de renta variable. A nivel de sector, sin embargo, está teniendo efectos beneficiosos, ya que los consumidores pagan por los pocos vehículos disponibles, a menudo ayudados por las fáciles condiciones crediticias.

En particular, los elevados precios están aumentando el valor de las operaciones bancarias de los fabricantes de automóviles, que están expuestos a los precios residuales por medio de los negocios de "leasing". La rentabilidad ajustada de los fondos propios de la gran división de financiación de Daimler fue del 24% en el segundo trimestre, frente al 8,6% del mismo periodo del año anterior.

Pese a estas cifras llamativas, los inversores han ignorado en gran medida el problema de los semiconductores y ni se preocupan excesivamente por los efectos en las menores ventas de lo previsto en un año que debía ser el de la recuperación, ni dan a los fabricantes mucho crédito por los inusuales niveles de rentabilidad actuales. Pese a que la acción de Daimler se ha revalorizado un 23% este año, solo cotiza con un múltiplo de seis veces las previsiones de beneficio para este año y el próximo, en la parte baja de su rango histórico. Eso podría ser algo bajo teniendo en cuenta los planes de Daimler de segregar su rentable negocio de los camiones este año. Sin embargo, para el conjunto del sector, descontar la actual situación tiene sentido.

El futuro de los fabricantes de automóviles depende mucho de los semiconductores, pero no sólo de los suministros listos de los chips básicos que actualmente escasean. Estas empresas tendrán que trabajar cada vez más de cerca con los diseñadores de chips para encontrar productos más poderosos que satisfagan sus ambiciones de ejecutar cada vez más funciones del vehículo en ordenadores centrales actualizables. Las funciones de autoconducción tienen la capacidad de ser particularmente intensas en datos.

Daimler firmó un acuerdo con el gigante de los chips Nvidia el año pasado para crear la nueva generación de ordenadores para coches para los modelos de Mercedes-Benz a partir de 2024. Estas alianzas podrían ser más comunes a medida que los automóviles se digitalicen, al igual que los acuerdos han proliferado entre fabricantes de coches y de baterías en los últimos años. Será mucho más importante que los fabricantes de automóviles alcancen estos acuerdos, y que los inversores los entiendan, que los vaivenes de los problemas de suministro actuales.

-Escriba a Stephen Wilmot a stephen.wilmot@wsj.com

Versión española de Noelia Urra noelia.urra-calzada@dowjones.com

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July 21, 2021 11:10 ET (15:10 GMT)