La startup con sede en Berlín, fundada en 2020, ha triplicado el tamaño de su negocio desde octubre, cuando recaudó 860 millones de euros (921 millones de dólares), pero no ha sido rentable en medio de un panorama económico incierto.

"El riesgo se ha convertido en algo irritante para los inversores, y nadie quiere la incertidumbre en estos momentos. Eso hace que sea bastante difícil recaudar dinero ahora mismo", dijo Sumer a Reuters en una entrevista. "Cuando salgamos a bolsa, queremos hacerlo como una empresa rentable".

El modelo de entregas rápidas de comestibles conlleva unos costes elevados, ya que las empresas tienen que pagar a miles de jinetes y centros logísticos en todas las ciudades para que las patatas fritas, la leche, la pasta y otros artículos lleguen rápidamente a los clientes.

"Por eso los costes fijos tienen que bajar y la sede de Berlín debe convertirse en el centro", dijo Sumer, añadiendo que la empresa sólo estaba despidiendo personal administrativo y que sus 14.000 repartidores en bicicleta no se verían afectados.

Dijo que Gorillas pretendía centrarse en Alemania, Francia, Gran Bretaña, Países Bajos y Estados Unidos, que representan el 90% del negocio de la startup, y que estaba revisando las opciones para sus operaciones más pequeñas en Italia, España, Dinamarca y Bélgica.

Gorillas, entre cuyos inversores se encuentra la empresa de comida a domicilio en línea Delivery Hero, había pretendido en el pasado expandirse a más países entre las esperanzas de que el modelo de negocio creciera tanto como lo hizo el reparto de comida en los cierres de COVID-19.

Pero la competencia ha sido feroz en las principales ciudades, como Berlín, con rivales como Flink, Wolt de Doordash y Getir que ofrecen servicios similares.

(1 dólar = 0,9335 euros)