Después de un paseo salvaje, los mercados están de momento más tranquilos. Sin embargo, es viernes 13 y a los propensos a la superstición se les perdonaría que se mostraran más cautelosos en un día conocido por ser de mala suerte.

Teniendo en cuenta las turbulencias en todas las clases de activos esta semana, no es difícil ver por qué. Fíjese en el euro, que el jueves sufrió su mayor caída en un día frente al dólar desde marzo de 2020, desplomándose más de un 1%.

El S&P 500, que consiguió recuperar algo de terreno a última hora del jueves, se encamina a una sexta semana consecutiva de descensos. Sería la primera vez en más de una década que el índice bursátil estadounidense lo hiciera, según el Deutsche Bank.

Y luego está la carnicería en el universo de las criptomonedas, con el mercado amamantando grandes pérdidas aunque el bitcoin haya vuelto a superar los 30.000 dólares.

Para ser justos, hay muchas dudas sobre por qué exactamente algunos tokens de criptomonedas supuestamente vinculados al dólar se tambalean a principios de esta semana.

Una razón subyacente para el dolor allí, así como a través de los activos de riesgo, se remonta a las preocupaciones sobre la alta inflación y el aumento de las tasas de interés y si esto traerá un aterrizaje duro para la economía mundial.

El presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Jerome Powell, dijo el jueves que la batalla para controlar la inflación "incluirá algo de dolor", repitiendo su expectativa de subidas de tipos de medio punto porcentual en las dos próximas reuniones de política monetaria.

El día que tenemos por delante es relativamente tranquilo en el frente de los datos, lo que quizá dé tiempo a los inversores a hacer balance de una semana salvaje. Pero también existe la posibilidad de que haya más volatilidad.

En Europa, aumenta la presión para conseguir suministros de gas alternativos después de que Moscú impusiera sanciones a las filiales europeas de la empresa estatal Gazprom.

Los precios del gas se dispararon el jueves, y el principal referente europeo ganó un 12%, ya que los compradores se mostraron inquietos por las crecientes amenazas al suministro de Europa, dada su gran dependencia de Rusia.

Se trata de un viento en contra más para la economía mundial, de la que los mercados agitados podrían prescindir.

El S&P 500 se prepara para una sexta semana consecutiva de caídas https://fingfx.thomsonreuters.com/gfx/mkt/zdpxoglxgvx/stx1305.PNG