Berlusconi, que cumple 86 años el jueves, obtuvo más del 50% de los votos en la carrera al Senado en la circunscripción norteña de Monza, donde el multimillonario es propietario de una villa y del club de fútbol local, recién ascendido a la primera división de la Serie A.

"Voy a intentar actuar como director de juego en el (próximo) gobierno", dijo Berlusconi a sus partidarios tras emitir su voto, indicando su deseo de seguir en primera línea política a pesar de su edad y su frágil salud.

Berlusconi fue sometido a una importante operación de corazón en 2016, enfermó gravemente de COVID en 2020 y ha entrado y salido del hospital durante el último año con diversas dolencias. A menudo arrastra las palabras y pareció tener problemas para caminar en un mitin en Roma la semana pasada.

En el parlamento le acompañará su novia, Marta Fascina, de 32 años, que ganó un escaño en Sicilia. Fascina ocupará un escaño en la Cámara Baja, mientras que Berlusconi fue elegido para la Cámara Alta, el Senado.

Tendrá que renunciar a un escaño en el Parlamento Europeo, que ganó en 2019, ya que no está permitido servir en las asambleas de Italia y de la UE. Algunos han especulado con que podría aspirar a la presidencia del Senado, a pesar de sus problemas de salud.

En otras contiendas destacadas, la líder de la derecha dura Giorgia Meloni, dirigente del partido Hermanos de Italia y probable nueva primera ministra, se impuso a sus rivales al obtener más del 51% de los votos en la circunscripción central de l'Aquila.

La elección parece haber puesto fin a la corta, pero acelerada, carrera del ministro de Asuntos Exteriores saliente, Luigi Di Maio, que también ha sido viceprimer ministro y ministro de Trabajo e Industria en los últimos cinco años.

En las anteriores elecciones de 2018, Di Maio condujo al populista Movimiento Cinco Estrellas a una sorprendente victoria, con cerca del 33%. Esta vez, fue derrotado en una contienda por circunscripción en Nápoles, y su pequeño partido disidente obtuvo menos del 1% en todo el país.

La derrota se produjo a pesar de una campaña inventiva, que

vio a Di Maio recrear una famosa escena de la película "Dirty Dancing", con un grupo de pizzeros levantándolo en una pose de vuelo al son de la banda sonora de "Time of My Life".

Emma Bonino, otra ex ministra de Asuntos Exteriores y veterana defensora de los derechos civiles, tampoco pudo ser reelegida tras perder en Roma, mientras que el pintoresco presidente del club de fútbol Lazio, Claudio Lotito, tuvo más suerte.

Lotito, cuyas promesas de campaña incluían la de "compensar" al equipo local Campobasso por el descenso a tercera división en 1987 a manos del Lazio, ganó un escaño en el Senado en la región meridional de Molise para Forza Italia, el partido de Berlusconi.