Al menos parecen ir en la buena dirección, porque Enel, hay que decirlo, no ha disfrutado del insolente éxito -sin duda único- de Iberdrola.

Al igual que la española, la empresa italiana se ha embarcado recientemente en un nuevo programa de inversión en redes, las famosas "grids", donde la rentabilidad es modesta, pero la visibilidad es excelente, con el esperado en los resultados consolidados de las empresas energéticas con carteras de negocio muy diversificadas y a veces volátiles.

Hace dos años, el grupo -que genera la mitad de su beneficio operativo fuera de su mercado nacional- estaba al borde del colapso. Su expansión excesivamente agresiva en el sector de las energías renovables estaba presionando el flujo de caja, y la deuda se acumulaba peligrosamente en un momento en que los tipos de interés estaban subiendo.

Con el impulso del nuevo director general, Flavio Cattaneo, que tomó el relevo de Francesco Starace, se hizo necesario cambiar de rumbo la estrategia. Además, Cattaneo no ocultó su prioridad número uno: volver a poner orden en la casa y, al mismo tiempo, equilibrar las cuentas.

El mercado acogió estos eventos con alivio, o quizá fueron los 24.000 millones EUR en enajenación de activos los que le tranquilizaron. El precio de las acciones ha repuntado con fuerza desde los mínimos alcanzados en otoño de 2022. Esto sugiere que la promesa de volver a un generoso flujo de caja libre ha sido tomada al pie de la letra por los inversores.

Al igual que muchos de sus homólogos, Enel se ha retirado en gran medida de su ambición del "todo renovables" para volver a una cartera más equilibrada. Con todo, en la gobernanza podría haber cambios, ya que el dominio del Gobierno italiano -que aún controla el 23% del capital- está siendo enérgicamente cuestionado por algunos accionistas.

En este contexto, el voto de confianza del mercado puede ser prematuro, y los analistas de MarketScreener volverán a evaluar la situación a la luz de los resultados anuales del grupo. A estas alturas es imposible no señalar que los 5.000 millones EUR en dividendos repartidos en años anteriores se financiaron con cesiones de activos, o con endeudamiento adicional, según se mire.