GRAFENRHEINFELD (dpa-AFX) - Los curiosos probablemente no necesitarán protectores auditivos y las mascarillas FFP2 pueden quedarse en el armario: a menos que ocurra algo imprevisto en los últimos metros, las torres de refrigeración de la central nuclear de Grafenrheinfeld, en la Baja Franconia, serán voladas este viernes (16 de agosto).
Con 143 metros de altura, un diámetro de unos 105 metros en la base y unos 64 metros en la parte superior, los dos colosos situados al sur de Schweinfurt se derrumbarán probablemente hacia el mediodía, con sólo unos segundos de intervalo entre ellos. Esto será observado por miles de curiosos que podrán sentarse fuera de la zona acordonada a lo largo del Meno y en prados y campos.
Si todo sale bien, será la segunda vez que en Alemania se vuelan las torres de refrigeración de una central nuclear clausurada. En mayo de 2020 volaron por primera vez en Alemania dos torres de refrigeración de una central nuclear, en Philippsburg, Baden-Wurtemberg. Sin embargo, debido al coronavirus, esto tuvo lugar sin público.
Primero fanfarria y luego una explosión
"30 segundos: eso es lo que dura la fiesta", explica Matthias Aron, director del proyecto responsable en la central. La voladura se anuncia primero con señales de voladura, las llamadas explosiones de fanfarria. Inmediatamente antes se oirá un estruendo. Esto se hace para evitar que animales como los pájaros que aún están posados en las torres de refrigeración sufran daños.
A continuación tendrá lugar la voladura propiamente dicha: Primero la torre norte con el nombre interno de la central ZP2, seguida 15 segundos después por la ZP1. "Un trueno es más ruidoso que la voladura", asegura el director de la central, Bernd Kaiser. Si todo va bien, lo que queda es un montón de escombros muy manejable.
Según Aron, más de dos tercios del material se reutilizarán posteriormente, por ejemplo para crear una zona de almacenamiento. Según el operador, Preussenelektra, las torres no tienen ninguna conexión con la parte nuclear de la central, por lo que no están contaminadas y no se liberará radiación radiactiva. La demolición de las torres de refrigeración costará en total unos tres millones de euros.
Abandono de la energía nuclear tras Fukushima
Hasta su cierre, la central nuclear de Grafenrheinfeld era la central nuclear más antigua que seguía en funcionamiento en Alemania. Estuvo en funcionamiento 33 años, hasta 2015. Su desmantelamiento está en marcha desde 2018 y, según el director del proyecto, Aron, probablemente durará otros diez años.
Tras la devastadora catástrofe de los reactores de Fukushima (Japón) en marzo de 2011, Alemania pasó a un rumbo antinuclear. Ocho centrales nucleares, en su mayoría antiguas, tuvieron que ser retiradas definitivamente de la red en el verano de 2011. Tras seis décadas de energía nuclear en Alemania, las tres últimas centrales nucleares se cerraron en abril de 2023. El último problema de almacenamiento sigue sin resolverse. 27.000 metros cúbicos de residuos altamente radiactivos son el resultado de más de 60 años de energía nuclear en Alemania /aro/DP/he