Por Daniel Michaels 
   THE WALL STREET JOURNAL 
 

BRUSELAS (EFE Dow Jones)--Los planes de Facebook Inc. de adquirir una pequeña "startup" con sede en Nueva York se han encontrado con un nuevo obstáculo en Europa, lo que demuestra que el poder regulatorio en materia de competencia de la Unión Europea afecta cada vez más a las operaciones al otro lado del océano.

Según la nueva interpretación de una antigua legislación, los reguladores de competencia de la Unión Europea se han atribuido una amplia autoridad para revisar casos de fusión que anteriormente escapaban a su supervisión, lo que ha provocado las quejas de las compañías y sus abogados al considerar que este cambio provocará confusión en las transacciones.

La Comisión Europea, encargada de la supervisión de la competencia en la UE, dijo a última hora del lunes que está utilizando su nueva autoridad para revisar la propuesta de compra por parte de Facebook de Kustomer, una empresa especializada en plataformas de servicios para clientes y "chatbots", anunciada en noviembre.

Margrethe Vestager, la comisaria de competencia del bloque, que anunció esta nueva postura en marzo, dijo que es necesario permitir a su equipo evaluar y potencialmente evitar que compañías dominantes compren competidores más pequeños para eliminar a posibles rivales.

Algunos abogados de competencia señalan que esta nueva política, que no requiere revisiones regulatorias o públicas, introduce incertidumbre y carece de rigor legal. Incluso aquellos menos abiertamente críticos señalan que no está claro cómo la Comisión utilizará sus nuevos poderes.

"Vamos a entrar en un periodo de descubrimiento, lo que es bastante desconcertante", afirmó Alec Burnside, socio del despacho de abogados Dechert LLP en Bruselas.

Las adquisiciones llevan mucho tiempo siendo examinadas en jurisdicciones lejanas a sus mercados de origen. La revisión por parte de China de la propuesta de compra del fabricante de chips estadounidense Qualcomm Inc. de su rival holandés NXP Semiconductors NV en 2018 contribuyó a acabar con el acuerdo. La UE se opuso en 2001 a que General Electric Co. se hiciera con Honeywell Inc., lo que tumbó sus planes.

En la era digital, cuando las compañías pueden llegar a mercados en todas partes, los temores de competencia se han incrementado en aquellos que en el pasado podían tener poco que decir sobre las transacciones.

"Ante la pregunta de qué tipo de operaciones provocan problemas, las opiniones han cambiado", aseguró Burnside.

La compra de Kustomer por Facebook no superó el umbral tradicional de la Comisión para ser revisado en base a sus ingresos. Los términos no fueron revelados, pero fuentes familiarizadas con el acuerdo dijeron que valoraba a Kustomer en algo más de US$1.000 millones.

El pacto desencadenó una revisión en Austria, que en primavera solicitó otra a la UE, junto con otros Estados miembros. La Comisión anunció el lunes una investigación en profundidad, que puede durar 90 días, argumentando que temía que la operación pudiese reducir la competencia en el mercado de software de gestión de relaciones con los clientes.

"Continuaremos cooperando por completo con la revisión de la Comisión Europea", dijo un portavoz de Facebook. "La transacción favorece la competencia y ofrecerá más innovación a las empresas y los clientes".

La capacidad de la Comisión para revisar los acuerdos proviene de una nueva interpretación de un artículo de la legislación de supervisión de fusiones, adoptada en 1989. En aquel momento, no todos los países tenían sus propias leyes en esta materia y el Artículo 22 permitió que los Estados miembros refiriesen los casos a Bruselas para su escrutinio.

La UE expandió su experiencia antimonopolio y sus poderes con el tiempo y pidió a los países que no mandaran casos para evitar verse inundada.

En marzo, Vestager revirtió esta guía e instó a los Estados miembros a remitir pequeños acuerdos que considerasen preocupantes, especialmente en los sectores tecnológico, farmacéutico y de servicios financieros.

Vestager dijo en una entrevista que el cambio era necesario porque el estándar tradicional de revisar las fusiones en función de los ingresos, que se aplicaba desde hace tiempo, no lograba detectar las adquisiciones importantes. El dinero ha dejado de ser el factor principal en muchos acuerdos frente a objetivos como los datos de la compañía, la tecnología o su posible papel tras la transacción.

"El hecho de que ya tenemos la base legal necesaria, por supuesto, facilita mucho las cosas", dijo Vestager.

Abogados con experiencia en legislación de competencia de la UE indican que esta nueva postura y la explicación de la Comisión dejan muchas cuestiones sin responder, como la jurisdicción entre los Estados miembros y Bruselas, los plazos de revisión de las operaciones o si todos los acuerdos deben notificarse a las autoridades de la UE.

"Encontraron este truco inteligente para expandir su jurisdicción sin cambiar una coma o consultarlo", afirmó Jay Modrall, un socio del despacho de abogados de Norton Rose Fulbright en Bruselas. "Crea muchas cuestiones legales y prácticas que están barriendo debajo de la alfombra".

Los responsables de la Comisión han rechazado estas acusaciones y argumentan que siempre existen incertidumbres legales. Se han comprometido a utilizar esta nueva interpretación de forma selectiva, siendo preferible a la alternativa de rebajar el umbral de ingresos para hacer revisiones, lo que podría poner bajo la lupa a más compañías indiscriminadamente.

Vestager dijo que la mayoría de los acuerdos de fusión afrontarán una revisión simplificada. "No queremos bloquear nada que no plantee un problema de competencia", aseguró.

-Escriba a Daniel Michaels a daniel.michaels@wsj.com

Versión española de María Vega Paúl maria.vega@dowjones.com

Editado por NUC

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August 04, 2021 06:21 ET (10:21 GMT)