FedEx lanzó el martes una señal de cautela para el próximo año y pronosticó un beneficio trimestral inferior a las expectativas del mercado, en medio de una demanda global volátil. Esta perspectiva provocó que las acciones del gigante de la paquetería cayeran más de un 5% en las operaciones posteriores al cierre.
FedEx y su rival United Parcel Service (UPS) son considerados barómetros económicos, ya que trabajan con prácticamente todos los sectores empresariales a nivel mundial y detectan tendencias de negocio de forma anticipada.
Las políticas arancelarias cambiantes del presidente estadounidense Donald Trump sobre China y los acuerdos pendientes con otros socios comerciales han obligado a muchos ejecutivos a suspender planes y previsiones empresariales hasta contar con mayor certeza sobre los costes de los productos.
"El entorno de la demanda global sigue siendo volátil", afirmó Raj Subramaniam, CEO de FedEx, durante una conferencia sobre resultados.
FedEx se abstuvo de emitir previsiones de beneficios y facturación para todo el año, citando la incertidumbre respecto a las políticas comerciales de Estados Unidos, especialmente en relación con China, el mayor exportador mundial.
FedEx está más expuesta al comercio con China que su competidor UPS, cuyas acciones bajaron menos de un 1%. Washington impuso aranceles del 145% a China en abril, congelando el comercio entre ambas potencias, antes de reducirlos al 30% en mayo.
Los ejecutivos de la compañía señalaron que esperan que las políticas arancelarias de Trump sigan presionando el tránsito aéreo comercial entre China y Estados Unidos.
El mayor impacto proviene de la decisión de la administración Trump de poner fin al estatus libre de impuestos para envíos directos al consumidor desde vendedores de bajo coste vinculados con China, como Temu y Shein, explicó Brie Carere, directora de atención al cliente de FedEx.
Como consecuencia, la empresa con sede en Memphis prevé un beneficio ajustado para el primer trimestre fiscal de entre $3.40 y $4 por acción, por debajo de las estimaciones de los analistas, que esperaban $4.06 por acción según datos recopilados por LSEG.
Esta previsión ensombreció unos resultados mejores de lo esperado para el cuarto trimestre fiscal, finalizado el 31 de mayo, cuando la empresa informó que los recortes de costes y la mejora en los volúmenes de exportación elevaron los márgenes operativos.
El beneficio ajustado en el trimestre que terminó en mayo fue de $1.46 mil millones, o $6.07 por acción, frente a los $1.34 mil millones, o $5.41 por acción, del año anterior.
Los ingresos aumentaron a $22.2 mil millones desde $22.1 mil millones. De media, los analistas esperaban ganancias de $5.81 por acción sobre ingresos de $21.8 mil millones, según LSEG.
FedEx y UPS mantienen una larga batalla por la cuota de mercado, con la demanda de fabricantes y otros clientes industriales estancada. Los beneficios del reparto se han visto presionados, ya que muchos clientes han optado por servicios terrestres más lentos y económicos, en lugar de los envíos aéreos rápidos y costosos.
Tanto FedEx como UPS utilizaron el volumen aéreo proveniente de Temu, Shein y otros minoristas que enviaban directamente desde fábricas en China para compensar la pérdida de volumen empresarial, pero esa vía se cerró esta primavera.
Tras un intento fallido a principios de este año, la administración Trump puso fin en mayo al tratamiento libre de impuestos para envíos directos al consumidor valorados en menos de $800 desde China, frenando la entrada de millones de paquetes aéreos en Estados Unidos.
FedEx anunció por separado que planea escindir su negocio de transporte por carretera en junio de 2026.