Entre el volcán de San Salvador y el cerro de San Jacinto, hectáreas de cafetales llegan a tocarse con suelos pavimentados, carreteras y edificios. La ciudad de San Salvador, una de las más pobladas de América Central, se levanta entre la naturaleza para dar cobijo a más de medio millón de habitantes.

En junio de 2020, la tormenta tropical Amanda golpeó la ciudad, provocando grandes deslizamientos de tierra y graves inundaciones allí donde el asfalto no puede absorberel agua. La tormenta dejó tras de sí destrozos en cafetales, carreteras, líneas eléctricas y cerca de 30.000 hogares.

Para devolver al suelo de San Salvador la capacidad de absorber la lluvia, el proyecto CityAdaptbusca restaurar más de 1000 hectáreas de bosques y plantaciones de café. Se trata de una las conocidas como soluciones basadas en la naturaleza(SBN o NBS, por sus siglas en inglés), que tienen la capacidad de hacer las ciudades y los ecosistemas más resilientes a los efectos del cambio climático.

De la naturaleza a los edificios

Las SBN son acciones que aprovechan el poder de la naturalezapara hacer frente a las consecuencias del cambio climático, como pueden ser las olas de calor, las sequías, las inundaciones o la subida del nivel de mar. La plantación de manglares para proteger las líneas costeras, la incorporación de techos verdes a los edificios o la regeneración de los humedales son algunos ejemplos de soluciones basadas en la naturaleza.

Estas buscan proteger a las comunidades y, a su vez, aumentar la resistencia de los ecosistemas. En las ciudades, las SBN pueden combinarse con construcciones adaptadas a los retos climáticos. De acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), invertir en edificios bien diseñados y resilienteses una de las mejores solucionespara adaptarse al cambio climático. Su construcción puede evitar el gasto de millones de dólares en daños y pérdidas.

Las SBN tienen otros beneficios, como reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, garantizar un aire más limpioo proporcionar más seguridad alimentaria. Se basan en el principio de que no es necesario elegir entre naturaleza y desarrollo: pueden ir de la mano.

Barreras naturales para las ciudades costeras

A lo largo de la historia, numerosas ciudades y localidades han construido grandes muros y diques para protegerse de la fuerza del mar y la naturaleza. Pero lo cierto es que hay opciones más baratas, sencillas y sostenibles, como restaurar ecosistemas. Los arrecifes de coral, por ejemplo, tienen la capacidad de romper las olas y absorber su energía antes de que lleguen a las costas.

Los manglares, por otro lado, reducen la fuerza de los vientos, limitan las inundaciones y absorben la energía de las olas. Son, en otras palabras, aliados naturalespara hacer frente a la subida del nivel del mar.

Los manglares crecen en latitudes tropicales y subtropicales, en zonas en donde el agua salada se mezcla con la dulce

Durante las últimas décadas, miles de hectáreas de manglares han sido taladas para ganar espacio en el que construir o criar peces y crustáceos. Repoblarlas puede traer numerosos beneficios: además de proteger las costas, los manglares son importantes ecosistemas de carbono azul, filtran el agua y ofrecen alimentos y madera a las comunidades costeras.

Verdes, frescas y seguras

Los estudios climáticos no dejan lugar a dudas. De acuerdo con el sexto informedel Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), es inevitable que las temperaturas medias alcancen una subida de 1,5 °Ccon respecto al siglo XIX en las próximas dos décadas. En el peor de los casos y si seguimos emitiendo más gases de efecto invernadero a la atmósfera, la temperatura subirá hasta 4,5 °C a finales de siglo.

Entre las consecuencias de esta subida están el aumento del número y la intensidad de las olas de calor y las sequías. Dos fenómenos que afectan tanto a los habitantes de las ciudades como a sus infraestructuras.

Llenar las ciudades de naturaleza (de forma ordenada y adaptándose a las necesidades de cada lugar) permite moderar los impactos de las olas de calor y rebajar las temperaturas. Además, los árboles y los humedales actúan como esponjascapaces de absorber el agua de la lluvia y recargar los suministros subterráneos, algo fundamental para hacer frente a las sequías.

Suelos a prueba de lluvias

Cuando las lluvias de la tormenta tropical Amanda llegaron a San Salvador, se encontraron con un suelo urbano, no poroso, incapaz de absorber tanta cantidad de agua. En las últimas décadas, el desarrollo urbano ha reemplazado bosques y humedales por carreteras, edificios y otras infraestructuras. Esto reduce la capacidad de las ciudades para hacer frente a las inundaciones.

Las SBN proponen devolver entornos naturalesa las urbes y sus alrededores (creando las conocidas como ciudades esponja, como en San Salvador) y restaurar los ecosistemas de llanura aluvial. Estos tienen la capacidad de retener el agua y favorecer que sea absorbida por el suelo.

Los árboles y sus raíces tienen la capacidad de retener el agua y favorecer que sea absorbida por el suelo

La ciencia y la historia han demostradoque la naturaleza cuenta con las mejores herramientaspara vivir en sintonía con el entorno y seguir avanzando sin poner el riesgo la salud del planeta. Las SBNson, así, parte de la solución para hacer frente a los retos que el cambio climático plantea a nivel mundial.

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