El grupo controlado por el Estado pretende aprovechar un mercado mundial que estima en 50 000 millones de euros (56 000 millones de dólares) al año, «con un componente accesible» por valor de 22 000 millones de euros anuales, según ha declarado.
El astillero espera que los ingresos de esa parte de su negocio aumenten hasta los 820 millones de euros, lo que supondría un 8 % de los ingresos totales, frente al 4 % registrado en 2024.
Prevé que el beneficio antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización (EBITDA) del sector submarino alcance los 152 millones de euros en 2027, con un margen de beneficio cercano al 19 %.
«El negocio submarino representa un ámbito clave para la seguridad, la energía, la observación medioambiental y las comunicaciones submarinas», afirmó la empresa en un comunicado.
En enero, Fincantieri completó la adquisición de Underwater Armament Systems (UAS) de Leonardo, anteriormente conocida como Whitehead Alenia Sistemi Subacquei (WASS), en una operación que otorga a la empresa un valor empresarial de 415 millones de euros.
En 2023 había comprado el grupo italiano de ingeniería Remazel, especializado en soluciones para buques submarinos.
El lunes añadió que su unidad IDS había firmado un memorando de entendimiento con el grupo italiano de mecatrónica submarina Graal Tech para desarrollar y comercializar vehículos submarinos autónomos de pequeño y mediano tamaño.
«La consolidación de una demanda transversal en los sectores de defensa, doble uso y aplicaciones civiles convierte al sector submarino en una prioridad estratégica para los gobiernos y la industria», afirmó el director ejecutivo Pierroberto Folgiero en un evento celebrado en Milán con analistas e inversores. (1 dólar = 0,8887 euros) (Información de Elvira Pollina, redacción de Giulia Segreti, edición de Keith Weir)