Bloomberg había informado anteriormente de que FAB había estado explorando una oferta por Standard Chartered como parte de un plan destinado a construir un banco de mercados emergentes, lo que hizo subir las acciones de Stanchart hasta un 20%.

Las acciones recortaron las ganancias para cotizar con una subida del 6% a las 1421 GMT tras la declaración de FAB de que ya no estaba persiguiendo un posible acuerdo.

El prestamista de Abu Dhabi dijo que había estado en "las primeras fases de evaluación de una posible oferta" por el banco centrado en los mercados emergentes. Standard Chartered declinó hacer comentarios el jueves.

La región del Golfo está experimentando un auge económico impulsado por la subida de los precios del petróleo a raíz de la guerra de Rusia contra Ucrania, con fondos soberanos y bancos a la caza de operaciones en medio de un panorama mundial debilitado.

El Banco Nacional Saudí anunció en octubre que iba a invertir hasta 1.500 millones de dólares en Credit Suisse, lo que representa una participación de hasta el 9,9%.

StanChart, que opera en 59 mercados de todo el mundo y cuenta con unos 85.000 empleados, ha luchado en los últimos años por aumentar sus ingresos después de que el presidente ejecutivo, Bill Winters, pasara la primera parte de su mandato reparando su balance y recortando miles de puestos de trabajo.

En octubre, el banco afirmó que la subida de los tipos de interés debería impulsar sus ingresos, lo que le permitiría aumentar sus objetivos de ingresos a pesar del debilitamiento de la economía mundial.

StanChart ha sido objeto de rumores periódicos de adquisición en los medios de comunicación durante la última década, con Barclays y JPMorgan entre los posibles pretendientes nombrados en tales historias, aunque ningún acuerdo ha llegado a materializarse.

Standard Chartered "es un banco que, aunque está domiciliado en el Reino Unido, se centra principalmente en los mercados asiáticos, africanos y de Oriente Próximo", afirma Stuart Cole, macroeconomista jefe de Equiti Capital.

"Dadas las pesimistas perspectivas para el Reino Unido, EE.UU. y la UE en estos momentos, una adquisición daría al comprador acceso instantáneo a estos mercados, en gran medida en desarrollo y emergentes, por lo que podría considerarse un buen movimiento desde el punto de vista estratégico", afirmó Cole.