La startup de vehículos eléctricos Canoo registró el martes unas pérdidas mayores de lo esperado en el primer trimestre, pero mantuvo sin cambios sus perspectivas para el año.

La ralentización de la demanda en Estados Unidos y la dura competencia de los fabricantes chinos de vehículos eléctricos en el mayor mercado automovilístico del mundo han afectado a la demanda de empresas como Canoo.

Ello ha obligado a varias empresas emergentes a cerrar sus puertas, ya que los inversores también se han vuelto cautelosos, lo que dificulta la obtención de más fondos.

La startup de vehículos eléctricos Fisker planteó dudas sobre su viabilidad en febrero, a lo que siguió la retirada de sus acciones de la bolsa de Nueva York y el fracaso de las conversaciones con un gran fabricante de automóviles para un posible acuerdo en marzo.

Canoo advirtió por primera vez a los inversores en 2022 de que tenía "dudas sustanciales" sobre su continuidad como empresa en funcionamiento y desde entonces ha estado recaudando capital para apoyar la producción.

Las pérdidas netas de Canoo aumentaron a 110,7 millones de dólares en el trimestre finalizado el 31 de marzo, frente a los 90,7 millones del trimestre anterior. Los analistas, de media, habían esperado una pérdida de 55,2 millones de dólares, según los datos de LSEG.

Los gastos de investigación y desarrollo de la empresa con sede en Texas cayeron cerca de un 44%, lo que ayudó a reducir los gastos operativos a 62,6 millones de dólares frente a los 81,5 millones del año anterior.

El efectivo y los equivalentes de efectivo de la empresa ascendían a 18,2 millones de dólares a 31 de marzo, frente a los 6,4 millones de finales de diciembre del año pasado.

Canoo, que salió a bolsa en 2020 a través de una fusión inversa con una empresa de adquisiciones con fines especiales, es un proveedor de furgonetas eléctricas de reparto para Walmart y de vehículos de transporte de tripulaciones para la NASA. (Reportaje de Jaspreet Singh en Bengaluru; Edición de Shailesh Kuber)