Algunos podrían tener la tentación de pensar que esto es lo que hace falta para compensar la total ausencia de crecimiento de los beneficios por acción, que el año pasado fueron idénticos a los alcanzados quince años antes, en plena crisis de las hipotecas de alto riesgo.
Un ciclo vacío, pues, a pesar de los ambiciosos planes de expansión que acabaron fracasando cuando la finlandesa se lanzó a la conquista de Rusia en el cambio de siglo y de Europa continental entre 2017 y 2022, con la adquisición de la empresa energética alemana Uniper.
La guerra de Ucrania le habrá costado cara. Sus activos en Rusia -que representaban el 5% de la capacidad de producción energética del país- fueron confiscados por el Kremlin, al tiempo que el Gobierno alemán se veía obligado a nacionalizar de urgencia Uniper, privada del gas ruso, para escapar de la quiebra.
Dos golpes al hígado seguidos y una vuelta a la casilla de salida para Fortum, que ahora pretende consolidar su posición en la región escandinava. Una estrategia más modesta que sin duda estará en mejores condiciones de cumplir, gracias en particular a su muy sólida base financiera, otra característica inusual en el sector.
Sin embargo, habrá que dar algunas garantías a los inversores si quieren recuperar su confianza. Además de la pérdida de sus dos mercados fuera del norte de Europa, Fortum se enfrenta actualmente a unos precios de la electricidad que siguen siendo muy bajos en la región y a una nueva normativa medioambiental excesivamente restrictiva.
A diferencia de comparables como Enel, Engie y E.D.F., Fortum tiene, con todo, un muy buen historial en términos de cobertura de dividendos. Por ello, hay muchas posibilidades de que la acción repunte si el Consejo de Administración mantiene el reparto de dividendos al nivel del año pasado.
Si lo redujera, lo que el mercado está anticipando claramente, el precio de la acción debería permanecer en sus mínimos actuales; en este caso, en los múltiplos de valoración más bajos en diez años.
En la misma línea, véase también Iberdrola, S.A.: Un éxito insolente.