FRÁNCFORT/LONDRES, 24 mar (Reuters) - Un día después de que Rusia ordenó el cambio de los pagos de los contratos a rublos, lo que aumenta el riesgo de baja de la oferta y alzas de los precios, las compañías eléctricas alemanas advirtieron el jueves de que el país necesita un sistema de alerta temprana para hacer frente a la escasez de gas.

La exigencia del pago en rublos del presidente Vladimir Putin, que el jefe ejecutivo de la AIE, Fatih Birol, calificó de "amenaza para la seguridad", aumentó el nerviosismo del mercado y puso en entredicho la histórica afirmación de Rusia de que es un proveedor de gas fiable independientemente de la geopolítica.

El sector energético europeo ya está experimentando la preocupación por el suministro y el precio de referencia para la entrega en Alemania el próximo año ha subido un 8% desde las declaraciones de Putin, después de haberse cuadruplicado en los últimos 12 meses.

Durante más de 50 años, incluso durante la Guerra Fría, Moscú ha garantizado el suministro a Alemania, el mayor consumidor de gas ruso. El principal exportador de gas ruso, Gazprom, tiene más de 40 contratos de largo plazo con contrapartes europeas.

Sin embargo, el jueves, la asociación alemana de empresas de servicios públicos BDEW, que tiene como miembros a los clientes de Gazprom RWE y EnBW VNG, instó al gobierno a diseñar un sistema de alerta temprana en caso de que Rusia interrumpa el suministro.

"Hay indicios concretos y serios de que la situación del suministro de gas está a punto de deteriorarse", dijo la presidenta de BDEW, Kerstin Andreae, citando la exigencia rusa de que los países "no amistosos", entre los que se encuentra Alemania, paguen el gas en rublos.

El BDEW afirmó que el regulador nacional de la energía, la Bundesnetzagentur, debe establecer los criterios por los que las industrias y los sectores seguirán recibiendo el suministro. Los clientes domésticos están protegidos por la normativa vigente.

El ministro de Economía alemán, Robert Habeck, dijo que no era necesario un mecanismo de alerta temprana y que el suministro estaba garantizado, pero añadió que había que seguir la situación de cerca.

DILEMA

La demanda rusa, que aún debe ser respaldada por un mecanismo concreto, plantea a los clientes europeos un dilema: no pagar en rublos y arriesgarse a no recibir gas o cumplir y arriesgarse a que los precios sean más altos a medida que se renegocian los contratos y se desechan acuerdos de largo plazo más favorables.

"Rusia no está cerrando (todavía) el grifo del gas, pero podría aumentar significativamente el precio que pagamos por él", dijeron los analistas de Commerzbank.

Al preguntársele si Estados Unidos permitiría a las naciones europeas que no pueden prescindir del gas ruso tramitar el pago en rublos sin encontrarse con una violación de las sanciones, un funcionario de la Casa Blanca dijo que Washington lo estaba consultando con sus aliados.

Japón, el mayor importador de GNL ruso en Asia, dijo que no estaba claro cómo funcionaría el cambio al rublo.

Tokyo Gas y Osaka Gas, los dos mayores proveedores locales del país, dijeron que estaban estudiando los detalles de la exigencia del rublo, haciéndose eco de las observaciones de la alemana VNG y de otros compradores europeos de gas ruso.

Corea del Sur, tercer importador asiático de GNL ruso, espera poder seguir importando, y la Comisión de Servicios Financieros del país dijo que haría lo necesario para facilitar el comercio.

En Polonia, Pawel Majewski, presidente ejecutivo de PGNiG, afirmó que la empresa -que tiene un contrato con Gazprom hasta finales de este año- no podía pasar simplemente a pagar en rublos.

"Nuestro socio contractual no puede cambiar libremente la forma de pago estipulada en el contrato", dijo.

El gigante energético danés Orsted, que también tiene un contrato a largo plazo con Gazprom, dijo que el impacto probable de la medida no estaba claro.

RWE y Uniper, el mayor cliente alemán de Gazprom, no comentaron inmediatamente el asunto.

Un alto asesor económico italiano dijo el miércoles que el país seguiría pagando en euros.

Por ahora, el gas ruso sigue fluyendo. Las entregas de gas hacia el oeste de Europa a través del gasoducto Nord Stream 1, que atraviesa el Mar Báltico, aumentaron ligeramente el jueves, mientras que el gasoducto Yamal-Europa fluyó hacia el este desde Alemania hacia Polonia.

(Reporte de Vera Eckert y Christoph Steitz en Fráncfort; Stine Jacobsen en Copenhague; Marwa Rashad, Nina Chestney y Noah Browning en Londres; Marek Strzelecki en Varsovia; Valentina Za en Milán; Tom Kaeckenhoff en Düsseldorf; Yuka Obayashi, Kantaro Komiya y Ritsuko Shimizu en Tokio; Heekyong Yang y Joori Roh en Seúl; Jeanny Kao en Taipei; Arathy Somasekhar en Houston; Trevor Hunnicutt en Washington; Editado en español por Javier López de Lérida)