El fabricante de motores a reacción CFM International dijo el viernes que los reguladores de aviación de Estados Unidos y Europa han certificado un kit de turbina de alta presión "más duradero" para sus motores LEAP-1A que propulsan los reactores de fuselaje estrecho de Airbus.

Los motores LEAP se han enfrentado a problemas de durabilidad en regiones con ambientes más calurosos y duros, como Oriente Medio y Asia, causando frustración entre las aerolíneas.

CFM, propiedad de GE Aerospace y la francesa Safran, dijo que ha realizado actualizaciones para solucionar esas preocupaciones y ha recibido la certificación tanto de la Administración Federal de Aviación de EE.UU. como de la Agencia de Seguridad Aérea de la Unión Europea.

"Este nuevo hardware está cumpliendo nuestra promesa de garantizar que los motores LEAP-1A alcancen el mismo nivel de madurez, durabilidad y tiempo en vuelo que nuestros clientes han disfrutado con la línea de productos CFM56", declaró en un comunicado Gael Meheust, consejero delegado de CFM.

Se está probando una solución similar para los motores LEAP-1B, que propulsan los aviones 737 MAX de Boeing.

Por su parte, GE Aerospace calificó la certificación de "hito significativo" en la mejora de la durabilidad del motor. La empresa dijo que el nuevo hardware también es más fácil de fabricar y ayudaría a aumentar la producción del motor.

Los problemas de durabilidad de los motores LEAP de nueva generación y de los motores GTF de Pratt & Whitney han agravado un atasco en la capacidad de mantenimiento.

Tras la pandemia, los plazos de entrega en los talleres de reparación de motores aumentaron un 35% para los motores heredados y más de un 150% para los de nueva generación, según la consultora Bain & Company. Por término medio, las compañías aéreas tardan entre dos y tres meses sólo en conseguir un hueco en los talleres de reparación, según la firma.