La agencia de calificación crediticia S&P Global tomó la medida después de que la empresa en dificultades obtuviera la aprobación de los prestamistas para retrasar el pago de una nota senior no garantizada de 725 millones de dólares que vencía el jueves.

"Consideramos la operación como una reestructuración en dificultades que equivale a un impago, ya que R&F HK no dispone de recursos suficientes ni de opciones de financiación limitadas para reembolsar la totalidad de los pagarés que vencen en ausencia de la operación", declaró S&P.

"Además, a los inversores se les está pagando menos de lo prometido originalmente debido a la extensión del vencimiento a seis meses y a que el precio de la oferta está un 17% por debajo de la par para una de las opciones de oferta".

S&P dijo que mantenía la calificación de la principal empresa matriz de R&F, Guangzhou R&F Properties Co. Ltd, sin cambios en "CC", porque no era garante del bono en cuestión, aunque advirtió que podría recortarla.

"Volveremos a revisar los perfiles crediticios de Guangzhou R&F y de la filial R&F HK después de reevaluar las posiciones financieras y de liquidez de las empresas", dijo S&P.

"El grupo se enfrenta a varios obstáculos para mejorar sustancialmente su débil liquidez".

R&F es el último constructor chino que se enfrenta a las turbulencias. El mercado inmobiliario del país se ha visto empujado a la crisis por los esfuerzos para frenar el exceso de endeudamiento y los problemas de China Evergrande, el promotor más endeudado del mundo, que entró en mora a finales del año pasado.

Sin embargo, las luchas de R&F están siendo observadas con la misma atención en algunas de las ciudades del mundo, ya que tiene varios megaproyectos inacabados, incluido uno en el Támesis, en Londres, que compró por 59 millones de libras (80,96 millones de dólares) en 2018 a otra empresa china que tenía dificultades en ese momento.

(1 dólar = 0,7288 libras)