Heineken ha perdido el control operativo y ha retirado a su personal de sus instalaciones en las zonas afectadas por el conflicto en el este de la República Democrática del Congo, anunció el viernes la cervecera holandesa.
El gigante de las bebidas había comunicado en marzo que sus operaciones en tres ciudades orientales permanecerían suspendidas hasta que fuera seguro reabrir, después de que algunas de sus cervecerías fueran atacadas y sus depósitos saqueados durante los combates entre el ejército y los rebeldes.
Sin embargo, este viernes, la compañía informó que la situación se había deteriorado aún más y que personal armado había tomado el control de sus instalaciones en Bukavu y Goma --las dos ciudades más grandes del este congoleño, ahora bajo control rebelde-- y en las zonas cercanas.
"Las condiciones necesarias para operar de manera responsable y segura ya no existen y, a partir del 12 de junio de 2025, hemos perdido el control operativo", señaló Heineken en un comunicado.
La filial de Heineken en Congo, Bralima, sigue operando en otras partes del país no afectadas por el conflicto, añadió la empresa, precisando que continuará evaluando la evolución de la situación.
El grupo posee cuatro cervecerías en el país, donde produce la cerveza Heineken y otras marcas populares como Primus. Las instalaciones de Bukavu empleaban a unas 1.000 personas, tanto de manera directa como indirecta, según informó anteriormente la compañía.
"Nuestra máxima prioridad es la seguridad y el bienestar de nuestros empleados", subrayó el comunicado del viernes. "Hemos retirado a todo el personal restante de estos sitios y continuamos apoyándolos financieramente".
Casi el 14% de los ingresos totales de Heineken provienen de sus negocios en Oriente Medio y África, donde Congo, con una población de más de 100 millones de habitantes, representa un mercado importante.
Las operaciones en las ciudades de Goma, Bukavu y Uvira representaban anteriormente aproximadamente un tercio del negocio de Heineken en el país.
La violencia en el este de Congo se intensificó este año con el avance rápido del grupo rebelde M23, lo que ha despertado temores de un conflicto de mayor envergadura.
Las autoridades congoleñas acusan a Ruanda de apoyar al M23 enviando tropas y armas, algo que Kigali ha negado reiteradamente.
Ambos países y Estados Unidos anunciaron el miércoles que sus equipos técnicos rubricaron un borrador de acuerdo de paz que se espera sea firmado la próxima semana.