SHANGHÁI, 4 ene (Reuters) - El anuncio de Tesla en de que ha abierto una sala de exposiciones en Xinjiang ha suscitado las críticas de grupos de derechos y comerciales de Estados Unidos, lo que la convierte en la última empresa extranjera implicada en las tensiones relacionadas con la región del extremo oeste de China.

Xinjiang se ha convertido en los últimos años en un importante punto de conflicto entre los Gobiernos occidentales y China, ya que expertos de la ONU y grupos de defensa de los derechos estiman que más de un millón de personas, principalmente uigures y miembros de otras minorías musulmanas, han sido detenidas en campamentos de la zona.

China ha rechazado las acusaciones de trabajos forzados o de cualquier otro tipo de abusos, afirmando que los campos proporcionan formación profesional y que las empresas deben respetar sus políticas allí.

El fabricante estadounidense de coches eléctricos anunció la apertura de la sala de exposiciones en la capital regional de Xinjiang, Urumqi, en su cuenta oficial de Weibo el pasado viernes. "El último día de 2021 nos encontramos en Xinjiang", decía en la publicación.

El martes, el Consejo de Relaciones Americano-Islámicas, la mayor organización estadounidense de defensa de los musulmanes, criticó la medida, diciendo que Tesla estaba "apoyando el genocidio".

Tesla no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios. El fabricante de automóviles cuenta con una fábrica en Shanghái y está aumentando su producción en medio de un aumento de las ventas en China.

(Reporte de Brenda Goh. Edición de Gerry Doyle, traducido por José Muñoz en la redacción de Gdansk)