Toyota Motor dijo el jueves que su producción mundial se redujo un 39,1% en septiembre con respecto al año anterior, hasta 512.765 unidades, lo que supone el segundo mes consecutivo de caídas.

La producción mundial de Nissan Motor se redujo por tercer mes consecutivo en un 27,9% en septiembre, mientras que la de Honda Motor se redujo por cuarto mes consecutivo en un 30%, según los datos publicados por los fabricantes de automóviles.

Los recortes de producción de los fabricantes de automóviles están empezando a afectar a los proveedores, entre ellos Hitachi, que el miércoles recortó ligeramente su previsión de beneficios operativos consolidados para el actual año fiscal que finaliza en marzo de 2022.

"El impacto (de la escasez de chips) probablemente fue más fuerte en el tercer trimestre que en el segundo", dijo el director financiero de Hitachi, Yoshihiko Kawamura, en una conferencia de prensa.

El fabricante de equipos eléctricos Canon Inc también recortó su estimación de beneficios operativos para 2021 en 11.000 millones de yenes (97 millones de dólares), hasta los 272.000 millones de yenes, ya que el coste de adquisición de piezas aumentó y las interrupciones en las fábricas del sudeste asiático, causadas por el COVID-19, afectaron a las ventas.

Dado que en muchos países asiáticos el número de contagios ha disminuido, algunos analistas esperan que las limitaciones de la oferta disminuyan en los próximos meses. Toyota espera que la producción mundial se recupere hasta alcanzar unas 850.000-900.000 unidades en noviembre.

Sin embargo, las interrupciones de la producción pueden suponer un duro golpe para la economía japonesa, que se ha apoyado en las exportaciones para compensar la debilidad del consumo, mientras persisten las secuelas de la pandemia de COVID-19.

El jueves, el Banco de Japón recortó la previsión de crecimiento económico para este año en un informe trimestral, citando la debilidad del consumo y las limitaciones de la oferta.

Pero elevó su previsión de crecimiento para el próximo año fiscal y describió la desaceleración de las exportaciones y la producción como "temporal".

Aun así, el banco central advirtió del riesgo de que la economía pueda "empeorar aún más" si los cuellos de botella de la oferta duran más de lo previsto o si los daños que causan aumentan.

(1$ = 113,7000 yenes)