Holaluz, con sede en Barcelona, que instala principalmente paneles solares en los tejados y vende energía de productores de energía verde, también vende gas para calefacción desde 2015.

La empresa dijo que siempre había tenido la intención de cerrar el negocio del gas en favor de alternativas sostenibles, pero "la extraordinaria y volátil situación del mercado en el actual contexto sin precedentes de los precios del gas ha acelerado la decisión".

El viernes, los países de la Unión Europea aprobaron medidas de emergencia destinadas a bajar los precios que están avivando la inflación e infligiendo facturas desorbitadas a los consumidores.

La cofundadora de Holaluz, Carlota Pi, dijo a Reuters que la oferta de gas de Holaluz no era lo suficientemente buena tras los picos de precios provocados por la invasión rusa de Ucrania.

Dijo que había una brecha creciente entre los precios que se podían ofrecer bajo la tarifa regulada, que es fijada trimestralmente por el gobierno, y los que se podían encontrar en el mercado libre.

Holaluz es un participante relativamente nuevo en un mercado dominado por empresas de servicios públicos más grandes y establecidas, y cotizó en el segmento de crecimiento de la bolsa española en 2019.

Dijo que la medida de poner fin a 70.000 contratos de gas reducirá su EBITDA, una medida de los beneficios básicos, en 3,9 millones de euros (3,8 millones de dólares), en 2022. Inicialmente esperaba unos beneficios básicos de 20 millones de euros.

El próximo año el impacto será de unos 6 millones de euros, dijo.

"Vamos a absorber esta pérdida porque es mejor para nuestros clientes, de lo contrario una familia media española de cuatro personas en un piso de 80 metros cuadrados con calefacción y agua caliente tendría que pagar 600 euros en un solo mes cuando la tarifa regulada le permite pagar 150 euros al mes", dijo Pi.

(1 dólar = 1,0250 euros)