La inversión de Intel en Italia forma parte de un plan más amplio anunciado por el fabricante de chips estadounidense a principios de este año para invertir 88.000 millones de dólares con el fin de aumentar la capacidad de producción en Europa, en un intento de reducir la dependencia de la región de Asia y aliviar la escasez que ha recortado la producción en el estratégico sector del automóvil.

Las fuentes, que declinaron ser identificadas debido a lo delicado del asunto, dijeron que el gobierno del dimitido primer ministro Mario Draghi estaba tratando de llegar a un acuerdo para finales de agosto, antes de las elecciones nacionales anticipadas previstas para el 25 de septiembre.

Fuentes anteriores habían declarado a Reuters que Roma estaba dispuesta a financiar hasta el 40% de la inversión total de Intel en Italia, que se espera que crezca con el tiempo a partir de los 5.000 millones de dólares iniciales.

Tanto la oficina de Mario Draghi como la de Intel declinaron hacer comentarios sobre la información.

La planta utilizaría nuevas tecnologías para fabricar virutas completas a partir de baldosas.

Intel y el Gobierno han preseleccionado posibles emplazamientos en dos regiones italianas, según las fuentes, una de las cuales dijo que eran las regiones septentrionales de Piamonte y Véneto.

La decisión final sobre dónde construir la planta aún no se ha tomado, dijeron las dos fuentes.

El Gobierno también está en conversaciones con la empresa franco-italiana STMicroelectronics, los fabricantes de chips taiwaneses MEMC Electronic Materials Inc y TSMC, y la israelí Tower Semiconductor, que Intel compró a principios de este año.

STMicroelectronics firmó el mes pasado un acuerdo con GlobalFoundries para construir una fábrica de chips en Francia, una inversión de 5.700 millones de dólares.