La sombría previsión subraya los retos a los que se enfrenta el sector, ya que la mayoría de los edificios de oficinas permanecen desiertos mientras muchas empresas optan por modelos de trabajo a distancia durante la crisis sanitaria.

Para 2020, IWG, que cotiza en el Reino Unido, sufrió una caída del 17% en los beneficios básicos ajustados y tuvo que hacer frente a unos costes de COVID-19 de 389,8 millones de libras (550,24 millones de dólares). Su rival Workspace dijo la semana pasada que la vuelta a los niveles anteriores a la pandemia tardará unos años.

IWG, sin embargo, dijo que ha seguido viendo una "demanda sin precedentes" para sus opciones de trabajo híbrido y que sus expectativas de una fuerte recuperación en 2022 se mantienen en gran medida.

El propietario de la marca Regus añadió que en los mercados en los que el freno de la pandemia se está relajando, incluido Estados Unidos, la ocupación está mejorando, mientras que las consultas están alcanzando los niveles anteriores a la crisis.