Un año más, J.P. Morgan ha mantenido la corona. El beneficio por acción aumentó un 22%, los dividendos, un 17% y los fondos propios, un 11%. La rentabilidad de los fondos propios alcanzó el 18%, incluso con las ratios prudenciales en su nivel más alto. Ningún otro gran banco es capaz de semejante desempeño en Estados Unidos, por supuesto tampoco en Europa.

Como era de esperar, el segmento de la banca minorista está perdiendo fuelle. Los volúmenes de préstamos solo aumentan un 1% -gracias a las tarjetas de crédito- y los márgenes netos de interés disminuyen, lo que era de esperar, aunque de forma mucho más drástica de lo que habíamos previsto.

Por encima de todo, las provisiones aumentaron un 18% y los impagos un 48%, sin duda una señal de que la subida de los tipos de interés está poniendo en peligro la solvencia de los prestatarios más vulnerables. A esto se añade un fuerte aumento de los gastos de remuneración, lo que explica el beneficio del segmento, que cayó un 17% en 2024 con respecto al año anterior.

Al igual que Goldman Sachs y Jefferies, el segmento de banca comercial y de inversión tuvo un año más lucrativo, aunque quizás en menor medida de lo esperado. El beneficio del segmento aumentó un 23% en 2024, impulsado principalmente por las actividades de inversión.

Como ambos segmentos desarrollan actividades comparables (sobre una base anual, aproximadamente 70.000 millones USD de ingresos y 20.000 millones de beneficios cada uno), el descenso del primero se ve compensado por el avance del segundo.

Un poco menos estratégico, el segmento de gestión de activos (21.500 millones USD de ingresos y 5.400 millones de beneficios en 2024) sigue funcionando extraordinariamente bien. A esto hay que añadir una ganancia excepcional de 7.900 millones USD por la venta de la participación de J.P. Morgan en Visa, que supuso casi todo el beneficio consolidado del año.

En particular, JP utilizó los ingresos de la venta de sus acciones de Visa para recomprar sus propias acciones, que desde principios de 2024 se han valorado en mucho más del doble del valor de los fondos propios de los accionistas. Ahora incluso se acercan a 3 veces los fondos propios, su valoración más alta en 20 años.

El movimiento sorprende a la luz de los comentarios de Jamie Dimon el pasado mes de mayo, cuando consideró inapropiadas las recompras de acciones a múltiplos tan elevados. El carismático consejero delegado del banco, él mismo un rey de Wall Street y conocido por su prudencia y sentido de la oportunidad, ha vendido de hecho un gran número de sus propias acciones de su banco este año.