La crisis es ya profunda, y la situación -medida en términos de permisos de construcción, volumen de transacciones, acuerdos de financiación y declaraciones de quiebra de artesanos y autónomos- es incluso peor que durante la gran crisis financiera de 2008-2009.
Conocida por su gestión prudente, su cartera diversificada de negocios y sus ambiciones bien templadas, Kaufman & Broad SA no ha escapado a la advertencia de tormenta. Sin embargo, aunque sus ventas y su cartera de pedidos han descendido bruscamente, el grupo merece un reconocimiento por haberse anticipado correctamente a la recesión.
A finales del año pasado, por ejemplo, se logró una reducción récord de las necesidades de capital circulante, como no se había visto desde 2009. Entonces, el promotor llegó un año tarde; esta vez, puede que se haya adelantado un año. En cualquier caso, se aproxima a 2025 con vela reducida, desde una excelente posición financiera.
El año que viene será, sin duda, difícil. El director general de Samse, la segunda constructora de Francia, se lo dijo a nuestros equipos a principios de este mes. Y sin embargo, a juzgar por sus actuales ratios de valoración, que se ajustan a las medias históricas, los inversores no están castigando indebidamente a Kaufman.
Fuente: MarketScreener
¿Están tranquilos por su posición financiera y su rendimiento comercial, que puede haberse deteriorado pero parece estar superando al mercado? A menos que se considere a Promogim como un comprador potencial en un futuro muy próximo: el grupo familiar Rolloy controla actualmente casi una cuarta parte del capital y, aunque lo niegue, no nos cabe duda de que tiene muchas ganas de ir más lejos.
Fuente: MarketScreener
Recordemos también que hace siete años, PAI Partners salió del capital de la promotora a treinta y seis euros por acción. En aquel momento, las ventas y el beneficio neto del grupo eran comparables a los de hoy.