El grupo Kering, propietario de Gucci, anunció la contratación de Luca de Meo, actual director ejecutivo de Renault, como su nuevo CEO para ayudar a revitalizar el conglomerado de lujo, que arrastra una importante deuda. La confirmación de la noticia impulsó las acciones de Kering y provocó una caída en las de Renault este lunes.
El directivo italiano, cuya carrera se ha desarrollado íntegramente en la industria automotriz, será el primer externo en liderar la compañía controlada por la familia Pinault, una de las más influyentes de Francia. De Meo asumirá el cargo el 15 de septiembre.
Según inversionistas y expertos del sector, la audaz decisión pone de relieve la magnitud del desafío que enfrenta Kering.
François-Henri Pinault, a quien de Meo reemplazará como CEO, reconoció que el desempeño del grupo en los últimos años no ha estado a la altura de las expectativas y que Kering ha llegado a un punto en el que necesita una nueva organización y una forma distinta de ver las cosas.
"Su experiencia al frente de un grupo internacional cotizado, su agudo entendimiento de las marcas y su sentido de una cultura corporativa fuerte y respetuosa me convencieron de que es el líder que buscaba para aportar una nueva visión", afirmó Pinault en un comunicado.
Pinault permanecerá como presidente del consejo. Señaló que seguirá implicado en la organización estratégica, pero no "cortocircuitará" a de Meo, quien tendrá libertad para designar a los responsables clave y establecer las prioridades del grupo.
Gucci fue durante años el motor de un crecimiento espectacular para Kering, pero la compañía ha tenido dificultades para revitalizar su marca principal tras la pandemia. Además, ha acumulado más de 10.000 millones de euros (11.600 millones de dólares) en deuda, lo que la expone al riesgo de una nueva rebaja en su calificación crediticia.
No obstante, Pinault restó importancia a cualquier sensación de crisis. "No estoy contratando a un bombero", dijo durante una llamada con analistas.
Para Renault, la inesperada salida de su CEO supone un duro golpe. Durante sus cinco años al mando, de Meo es reconocido por haber dado la vuelta a la situación del fabricante francés y por reformular la alianza estratégica de dos décadas con Nissan.
CAPACIDAD DE REESTRUCTURACIÓN
Renault anunció el domingo por la noche que de Meo dejaría la empresa a mediados de julio para asumir nuevos retos fuera del sector automovilístico.
Los rumores sobre su fichaje por Kering hicieron que las acciones del grupo de lujo subieran casi un 12% este lunes, su mayor alza diaria desde noviembre de 2008.
Por el contrario, las acciones de Renault cayeron alrededor de un 8%, el mayor descenso diario desde febrero de 2022.
El salto de de Meo a Kering, cuyas iniciativas para relanzar Gucci no han convencido a los inversores bursátiles, supone un cambio radical para el grupo. Sus acciones han perdido dos tercios de su valor en los últimos cinco años.
"Contratar a alguien ajeno al sector lujo puede considerarse arriesgado, pero su perfil parece idóneo para liderar Kering", afirmaron los analistas de Kepler Cheuvreux.
"Su capacidad de reestructuración, liderazgo centrado en el producto y amplia experiencia en marketing serán especialmente valiosos".
La sorpresiva salida de de Meo es la segunda marcha de alto nivel en la industria automovilística europea en seis meses, tras la dimisión de Carlos Tavares en Stellantis.
El sector sufre actualmente el impacto de los aranceles comerciales impuestos por el presidente estadounidense Donald Trump y la feroz competencia de los rivales chinos.
Un portavoz de Renault aseguró que la salida de de Meo no afectará el próximo plan estratégico a medio plazo de la compañía, aunque los analistas de JP Morgan consideran que supone un revés para dicho plan.
De Meo llegó a Renault procedente de Volkswagen en 2020, un año en el que la empresa registró pérdidas récord tras el desplome de ventas por la pandemia.
Como CEO, implementó amplios recortes de costes que redujeron la plantilla y la capacidad de producción a nivel mundial, convirtiendo a Renault en una compañía más pequeña pero ágil. También supervisó la transformación de la a menudo compleja relación con Nissan.
"Esta es una decisión personal y no estoy huyendo", escribió de Meo en una nota dirigida al personal de Renault, vista por Reuters. "Renault Group está bien posicionado para el próximo capítulo".
El fabricante automovilístico fue uno de los pocos que no emitió una advertencia de beneficios el otoño pasado.