Los 430.000 millones de dólares de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA, por sus siglas en inglés) aprobada en agosto puso fin a los créditos fiscales de 7.500 dólares para los consumidores de vehículos eléctricos ensamblados fuera de Norteamérica, lo que provocó la ira de Corea del Sur, la Unión Europea, Japón y otros países.

Algunos fabricantes de automóviles afirman que una disposición de la IRA menos notoria para los "vehículos limpios comerciales" podría utilizarse para impulsar a los fabricantes de VE y abordar las preocupaciones extranjeras.

Rivian Automotive, Hyundai Motor y Kia Corp, entre otros, quieren que la administración permita que el arrendamiento de vehículos de consumo pueda acogerse a la desgravación fiscal para VE comerciales, que podría reducir los pagos mensuales del arrendamiento.

El gobierno surcoreano, en comentarios hechos públicos el martes, instó al Tesoro a "interpretar los 'vehículos limpios comerciales' de forma amplia" para incluir los coches de alquiler, los vehículos arrendados y los vehículos adquiridos para su uso en flotas de transporte compartido de Uber o Lyft.

Corea del Sur también pidió al Tesoro que no impusiera ninguna restricción presupuestaria a los créditos fiscales para vehículos comerciales hasta 2025.

Hyundai y Kia quieren que Hacienda permita que las personas que alquilan VE puedan optar a un crédito fiscal de hasta 4.000 dólares para VE usados si compran vehículos cuando venza el contrato de alquiler.

El crédito fiscal IRA para VE de consumo impone importantes restricciones al abastecimiento de minerales y componentes de baterías, establece límites de ingresos y precios para los vehículos que cumplan los requisitos y pretende eliminar progresivamente los minerales o componentes chinos de las baterías.

El crédito comercial no tiene las mismas restricciones de abastecimiento o precios, pero tiene una prueba de elegibilidad de "coste incremental" que podría resultar compleja. Algunos fabricantes de automóviles quieren que el Tesoro facilite que la mayoría de los vehículos comerciales ligeros puedan optar a los créditos fiscales de 7.500 dólares.

El presidente Joe Biden dijo la semana pasada que "hay retoques que podemos hacer que fundamentalmente pueden facilitar la participación de los países europeos."

Algunos fabricantes de automóviles se oponen a utilizar el crédito comercial para las ventas al consumidor.

Toyota Motor Corp dijo que "la falta de criterios para optar a (los créditos comerciales) podría socavar los objetivos de la IRA de ampliar la producción nacional de baterías para vehículos eléctricos y mantener la independencia energética de Estados Unidos".

Tesla dijo que los créditos comerciales "deberían aplicarse exclusivamente a los usuarios finales comerciales" y el crédito fiscal al consumidor "debería aplicarse exclusivamente a los usuarios finales individuales".

La consejera delegada de General Motors, Mary Barra, dijo a Reuters al margen de un evento el lunes que abordar las preocupaciones extranjeras sobre el crédito es "más complicado que una sola cosa para resolverlo" y añadió que "atenerse a la intención del proyecto de ley" redactado por el Congreso "es importante."