En el contexto de la guerra en Ucrania y de las sanciones internacionales contra Rusia, Klépierre supervisa regularmente el impacto de la situación en su negocio y en la economía en general. El Grupo no opera ni en Ucrania ni en Rusia y no espera que las presiones inflacionistas creadas por la situación tengan un impacto material en su estructura de costes o en los costes de sus proyectos de desarrollo comprometidos. Una inflación duradera podría afectar al gasto de los consumidores en determinados bienes o servicios proporcionados por los arrendatarios.

Sin embargo, basándose en las proyecciones macroeconómicas actuales, el Grupo no ha identificado la necesidad de revisar sus previsiones financieras para 2022.