HELSINKI, 28 feb (Reuters) - Las aerolíneas y empresas de transporte de carga empezaron a afrontar el lunes una guerra de sanciones que podría prolongarse, después de que la Unión Europea vetara de su espacio aéreo a los aviones rusos y Moscú se comprometiera a tomar represalias.

Decenas de vuelos fueron cancelados o sometidos a costosos desvíos cuando la crisis golpeó las rutas de las aerolíneas. El cambio de itinerarios implicó que el espacio aéreo de Kazajistán registrara una triplicación de vuelos a más de 450.

Ejecutivos de la industria dijeron que esperaban que Rusia prohibiera el uso de rutas que cruzan el país después de que la Unión Europea restringiera el domingo a las aerolíneas rusas mientras los combates recrudecían en Ucrania.

El lunes, el Kremlin dijo que habría una respuesta a las sanciones occidentales contra la industria de la aviación de Rusia.

"El principio rector será la reciprocidad y nuestros propios intereses estarán al frente de eso", dijo a los periodistas el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, en una conferencia telefónica.

Sin acceso al espacio aéreo de Rusia, los transportistas tendrán que desviar los vuelos hacia el sur y evitar las áreas de tensión en el Medio Oriente.

Las acciones de las aerolíneas europeas y los operadores aeroportuarios cayeron entre 3% y 6% en las primeras operaciones, mientras que la aerolínea nacional finlandesa Finnair recortó su orientación y vio caer sus acciones un 23%.

La alemana Lufthansa dijo que 30 vuelos a Rusia serían cancelados esta semana por la empresa matriz y sus subsidiarias Eurowings y Austrian Airlines, mientras que AirBaltic de Letonia dijo que extendería su suspensión de vuelos a Rusia hasta finales de mayo.

Lufthansa dijo que sus vuelos desde Europa a Tokio y Seúl tendrían que realizar desvíos para los cuales la compañía había obtenido los derechos de transporte necesarios.

En Asia, Singapur Airlines dijo el lunes que suspendería todos los servicios entre Singapur y Moscú hasta nuevo aviso por "razones operativas".

Finnair eliminó su guía para 2022, por temor a una pérdida significativa de negocios, ya que utiliza una ruta a través de los cielos rusos desde Europa a Asia desde su sede en Helsinki.

Korean Airlines, Japan Airlines y ANA Holdings de Japón dijeron el lunes que continuaban usando el espacio aéreo ruso, pero que no tenían planes de agregar vuelos a Rusia o Europa para reemplazar los viajes cancelados por las aerolíneas europeas.

La demanda a Japón y Corea del Sur ha sido muy baja debido a las restricciones de viaje relacionadas con el COVID.

Airline Swiss, también propiedad de Lufthansa Group, dijo que continuaría volando a Rusia ya que Suiza no ha prohibido las aerolíneas rusas.

MÁS RETOS PARA CADENA DE SUMINISTROS

Los cierres del espacio aéreo y las cancelaciones de vuelos también afectarán el tráfico de carga, lo que exacerbará aún más los problemas de la cadena de suministro global causados por la pandemia, que ralentiza el manejo de embarques en todo el mundo.

"Debido a los dramáticos desarrollos en curso en el conflicto entre Rusia y Ucrania, Lufthansa ya no utilizará el espacio aéreo ruso", dijo Lufthansa Cargo.

United Parcel Service Inc, con sede en Estados Unidos y FedEx Corp., dos de las empresas de logística más grandes del mundo, dijeron que suspenderían las entregas a Rusia.

Los arrendadores de aviones globales también dijeron que tendrían que rescindir cientos de contratos de alquileres de aviones con transportistas rusos a raíz de las sanciones de la UE ,que exigen que dichos acuerdos finalicen antes del 28 de marzo.

Aeroflot de Rusia dijo el domingo que cancelaría todos los vuelos a destinos europeos después de que el jefe de política exterior de la UE, Josep Borrell, dijera que la UE había decidido cerrar su espacio aéreo al tráfico ruso.

Estados Unidos está considerando una acción similar, pero aún tiene que tomar una decisión final, según funcionarios estadounidenses.

(Reporte de Anne Kauranen en Helsinki, Maki Shiraki en Tokio, Joyce Lee en Seúl, Aradhana Aravindan en Singapur e Ilona Wissenbach en Berlín. Editado en español por Marion Giraldo)