La cotización de Lindt despegó ayer tras una gira de presentaciones que no dejó indiferente a UBS. La consultora cree que el grupo está bien encaminado para alcanzar sus objetivos de 2025: un crecimiento orgánico de las ventas del 7 al 9 %, respaldado por un aumento de los precios estimado de entre el 12 y el 15 %, y una mejora progresiva de su margen operativo (EBIT) de 20 a 40 puntos básicos. El grupo confirma un buen comienzo de año, con ventas sólidas en Europa y en el resto del mundo, ligeramente más moderadas en Norteamérica.
UBS prevé que esta dinámica se confirme en el primer semestre de 2025, con un crecimiento de las ventas en la parte alta del rango, aunque los volúmenes podrían retroceder temporalmente entre un 2 y un 4 %. La Semana Santa fue bien, lo que augura una buena campaña navideña, un periodo estratégico para la marca.
Lindt sigue aprovechando la tendencia mundial del «trading up», es decir, la búsqueda de calidad de los consumidores. Sus gamas de chocolate negro registran un crecimiento orgánico del 15-20 % desde principios de año. Los productos de temporada y de regalo, otra especialidad de la casa, también registran una fuerte demanda.
Chocolate y barquillos de Dubái
Entre las innovaciones recientes, el chocolate al estilo Dubai está causando sensación. Este producto fue el más vendido en el aeropuerto de Fráncfort esta primavera. Lindt prevé que solo este producto podría contribuir entre un 1 y un 2 % al crecimiento orgánico de 2025. Y esto es solo el principio, según UBS.
Otra apuesta de futuro son las galletas. En fase de prueba en varios mercados (como el Reino Unido o Italia), están seduciendo sin hacer mella en los productos existentes. Su potencial se estima entre 200 y 600 millones CHF a largo plazo, lo que supone hasta el 10% de la facturación del grupo.
Detrás de la delicadeza de sus pralinés, Lindt exhibe una formidable eficacia industrial y comercial. Según un experto citado por UBS, vender una tableta prémium de Lindt genera tanto margen como diez tabletas normales. Esta mayor rentabilidad permite al grupo negociar los mejores lugares en los estantes, consolidando así su ventaja cada año. También le confiere una valoración bursátil extremadamente generosa, aunque los accionistas no tienen motivos para quejarse.
Las acciones de Lindt cotizan con el código LISN. También existe una línea de cotización más accesible (LISP), compuesta por certificados (bonos de participación) sin derecho a voto. El certificado es más líquido, pues se negocian varios cientos al día, frente a pocas decenas en el caso de la acción.