Ser capaz de "resolver" o cerrar un gran banco en dificultades sin desestabilizar el sistema financiero ni recurrir a los contribuyentes fue una lección fundamental de la crisis financiera mundial de 2007-09, cuando muchos prestamistas tuvieron que ser rescatados con dinero público.
"Nuestra evaluación da más garantías de que si un gran banco del Reino Unido quebrara hoy podría entrar en resolución de forma segura: permaneciendo abierto y continuando prestando servicios bancarios vitales, con los accionistas y los inversores no con fondos públicos en primer lugar para asumir los costes de la quiebra", dijo el BoE en un comunicado.