Cuando hablamos de la industria farmacéutica, pensamos en Roche, Sanofi, Teva o, más recientemente, en Moderna. Pero estos laboratorios se apoyan en una red de empresas externas para una serie de operaciones que no pueden o no quieren realizar internamente. Lonza es una de ellas. La empresa de Valais es incluso el principal fabricante por contrato del mundo farmacéutico. La fabricación por contrato consiste en producir por encargo para otra persona. El término es más elegante que su equivalente anglosajón, CDMO, literalmente "organización de desarrollo y fabricación por contrato".

Un actor puro en la industria

Durante años, Lonza mantuvo un pie en las especialidades químicas, antes de optar por centrarse en la parte más lucrativa del sector, la sanidad. El grupo se divide ahora en cuatro negocios complementarios: biológicos (50% de los ingresos), pequeñas moléculas (14%), terapias celulares y genéticas (11%) y cápsulas e ingredientes para la salud (22%). El margen de EBITDA se sitúa entre el 30 y el 40% para todas las divisiones, excepto para Cell & Gene Therapies, que se sitúa entre el 15 y el 20%. Algo más del 60% de los ingresos son generados por los grandes laboratorios mundiales, lo que da al grupo una base cómoda. El reparto geográfico del negocio está bastante equilibrado entre Norteamérica (47%) y Europa (40%), y el resto procede de Asia-Pacífico (13%).

Metiers
Los negocios de Lonza (Fuente: CMD - Capital Markets Day 
2021)

Lonza opera en un sector con altas barreras de entrada. El sector sanitario está sometido a unas normas muy estrictas y de alto nivel. Los transformadores deben ser a la vez innovadores y rigurosos en su gestión, ya que la puesta en marcha de los proyectos es costosa. Además, la confianza y el saber hacer son activos considerables, por no decir esenciales. Si se combina todo esto, es fácil ver que el modelo de negocio permite unos márgenes considerables y que hay una prima considerable para los operadores existentes. Esto explica que Lonza esté en todas partes, con más de mil proyectos en marcha, desde los más tradicionales hasta los más complejos. Por ejemplo, Moderna eligió a Lonza para producir el ingrediente activo de la vacuna covid-19 de forma urgente, con volúmenes sin precedentes en juego.

Ventanilla única

En términos económicos, Lonza se ha convertido así en una ventanilla única para la industria biotecnológica y farmacéutica, para arrebatarle la fórmula a un buen conocedor del sector. Es la punta de lanza en Europa, donde hay otros actores menos multidisciplinares, como EuroAPI. Y desde el punto de vista bursátil, es una forma de invertir en el tema de la biotecnología sin el riesgo binario que suele asociarse al desarrollo clínico. Con una capitalización actual de 35.000 millones de francos, es una de las diez mayores empresas de la Confederación Helvética, y se espera que sus ventas superen los 6.200 millones de francos este año. Los márgenes son elevados y aumentan constantemente, especialmente desde que el negocio químico más tradicional se vendió a Cinven y Bain Capital en 2021. Una operación que, además, ha borrado completamente la deuda.

Lonza
Rendimiento de las acciones en tres años

Leader en un sector sanitario con altas barreras de entrada, bien diversificado, ineludible y presente en las principales tendencias... Cualquier inversor un poco ilustrado espera una factura abultada. No es un milagro: a más de 30 veces los beneficios previstos para este año, la empresa suiza se sitúa en lo más alto de la cesta del sector. Sin embargo, es un activo bastante singular y su trayectoria de crecimiento es sólida. Además, la acción ha bajado un 40% en lo que va de año, borrando los excesos de la segunda mitad de 2021. Teniendo en cuenta lo anterior, Lonza parece un candidato creíble para una posición a largo plazo con sólidos fundamentos.

Calificacioenes Surperformance de Lonza