En otras regiones del mundo no existen sanciones para los fabricantes cuyo parque automovilístico nuevo emite demasiado CO2, según declaró el miércoles el director general de Bosch, Stefan Hartung, a la revista especializada "Auto, Motor und Sport". "Esto tiene consecuencias en el mercado mundial. Hay que hacerse la pregunta: ¿Son las multas lo correcto? Yo digo que no". No se puede intentar regular el mundo desde Europa. "Eso no funcionará".
Según la normativa de la UE, la industria automovilística debe reducir este año las emisiones del gas de efecto invernadero CO2 en una media de casi el 20% con respecto al año anterior, gracias a unas cifras de ventas más elevadas de coches eléctricos de emisiones cero. La mayoría de los fabricantes europeos corren el riesgo de incumplir los objetivos debido a la debilidad de las ventas de coches eléctricos, en cuyo caso se impondrán multas. La Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) advirtió de que la industria podría enfrentarse a multas por un total de 15.000 millones de euros en plena crisis.
El canciller alemán, Olaf Scholz (SPD), y los ministros presidentes de los tres estados automovilísticos de Baviera, Baden-Wurtemberg y Baja Sajonia, Markus Söder (CSU), Winfried Kretschmann (Verdes) y Stephan Weil (SPD), ya se han pronunciado a favor de renunciar a las multas. El comisario de Acción por el Clima, Wopke Hoekstra, rechazó a mediados de diciembre una propuesta del mayor grupo político del Parlamento Europeo, el conservador PPE, para relajar los requisitos de la UE.
(Informe de Ilona Wissenbach. Editado por Ralf Bode. Si tiene alguna duda, póngase en contacto con el equipo editorial en frankfurt.newsroom@thomsonreuters.com)