La industria automovilística europea insiste en una relajación de las normas de protección del clima en la Unión Europea (UE) debido a la atonía de las ventas de coches eléctricos.

"Necesitamos una vía realista para descarbonizar la industria automovilística europea, que esté impulsada por el mercado y no por sanciones", exigió Ola Källenius, presidente de la asociación europea de fabricantes ACEA desde enero, en una carta a la Comisión Europea publicada el jueves. La industria sigue comprometida con el objetivo de una movilidad sin emisiones. Sin embargo, el ritmo del cambio depende del cliente, y éste se está produciendo con demasiada lentitud. La normativa que penaliza con multas el incumplimiento de los objetivos de reducción de CO2 a partir de este año debe modificarse. De lo contrario, en una fase crítica de la transformación, la industria carecería de los recursos necesarios para realizar el cambio.

La asociación ya se había pronunciado en diciembre a favor de dar más tiempo a la industria para alcanzar los objetivos de reducción de CO2. El año pasado, las ventas de coches puramente eléctricos en la UE cayeron un 5,4% hasta noviembre, y la cuota de mercado se redujo al 13%. Según la ACEA, tendría que ser diez puntos porcentuales superior para lograr la reducción exigida de las emisiones de CO2 del parque automovilístico nuevo a algo menos de 94 gramos por kilómetro de media. Según las estimaciones de la ACEA, los fabricantes de automóviles podrían enfrentarse a multas por un total de unos 15.000 millones de euros.

Los incentivos gubernamentales a la compra, cuya supresión provocó que las ventas en Alemania se redujeran en casi una quinta parte el año pasado, también podrían ser útiles, añadió Källenius, consejero delegado de Mercedes-Benz. El grupo de presión automovilístico quiere debatir sus cambios deseados en un "diálogo estratégico" con la Comisión Europea, que se iniciará en breve. En diciembre, el comisario europeo de Acción por el Clima, Wopke Hoekstra, rechazó una suavización de las normas, para la que la industria automovilística cuenta con el respaldo de políticos alemanes y de otros países.

Con vistas a la toma de posesión del nuevo presidente de EE.UU., Donald Trump, Källenius explicó en la carta que la industria automovilística europea es una parte importante de la economía estadounidense. "Esperamos trabajar con la nueva administración en políticas que promuevan el crecimiento y el desarrollo de la industria estadounidense y las relaciones comerciales entre la UE y EEUU". La UE debe defender un comercio mundial justo y libre y oponerse al proteccionismo, afirmó. Por ello, reiteró su llamamiento para que la UE y China lleguen pronto a un acuerdo en la disputa sobre los aranceles punitivos de la UE a los coches electrónicos subvencionados procedentes de China.

(Informe de Ilona Wissenbach, editado por Ralf Banser. Si tiene alguna duda, póngase en contacto con el equipo editorial en frankfurt.newsroom@thomsonreuters.com)