Minerva, que este año compró plantas de su competidora Marfrig para impulsar su presencia en los países sudamericanos, cree que procesar ganado alimentado con pasto, un sistema que predomina en la región, es una ventaja competitiva para las empresas que operan aquí.
Sudamérica también presume de unos costes laborales más bajos en comparación con países como Estados Unidos, dijo Queiroz refiriéndose a la mayor nación productora de carne de vacuno del mundo, donde la propia Marfrig y su rival JBS SA poseen instalaciones de producción.
Minerva ha realizado 20 adquisiciones en los últimos 15 años, buscando ser un actor relevante en países como Brasil, el mayor exportador mundial de carne de vacuno, así como en Argentina, Uruguay y Paraguay.
"Tenemos la mejor plataforma global para mitigar riesgos", dijo Queiroz, refiriéndose a la actual baja disponibilidad de ganado en EE.UU. que está afectando allí a las empresas rivales.
En agosto, Minerva anunció un acuerdo por valor de 7.500 millones de reales (1.540 millones de dólares) para comprar a Marfrig algunas unidades de sacrificio de ganado vacuno y ovino en Brasil, Argentina, Chile y Uruguay.
Se espera que la operación aumente la capacidad de sacrificio de Minerva en torno a un 44%, hasta más de 42.000 cabezas al día, según datos divulgados por la empresa.
(1$ = 4,8761 reales) (Reportaje de Roberto Samora, Redacción de Ana Mano, edición de Ed Osmond)