Japón y Gran Bretaña esperan llegar a un acuerdo antes de finales de año para fusionar sus programas de cazas de próxima generación Tempest y F-X, según dijeron algunas fuentes en julio. Esas conversaciones, encaminadas a un proyecto conjunto para poner en servicio un avión a mediados de la década de 2030, siguen su curso, según otras cuatro personas familiarizadas con las discusiones.

"Japón no puede oponerse a las exportaciones y tampoco podemos insistir en que se retiren los componentes japoneses, así que estamos discutiendo qué podemos hacer al respecto", dijo Onodera, presidente de la Comisión de Investigación sobre Seguridad Nacional del Partido Liberal Democrático.

Japón puso fin a la prohibición de las exportaciones militares en 2014 en un intento de promover las ventas al exterior. Esperaba que el cambio permitiera a sus fuerzas armadas reducir los costes de adquisición y diera a los fabricantes de armas nacionales, como Mitsubishi Heavy Industries, un acceso a los mercados extranjeros que impulsara los beneficios y reforzara la industria de defensa del país.

Sin embargo, el auge de las exportaciones no se materializó porque Japón sólo permitió la venta de equipos no letales, como los de vigilancia y rescate.

"Si vamos a vender más allá de los países con los que nos desarrollamos conjuntamente, tendremos que resolver el debate en casa", dijo Onodera.

El influyente legislador habló mientras Japón se prepara para aumentar el gasto en defensa y renovar su estrategia de seguridad nacional para contrarrestar lo que considera una amenaza creciente planteada por los vecinos, entre ellos China, Rusia y Corea del Norte.

Como parte de su mayor expansión militar desde la Segunda Guerra Mundial, se espera que Japón adquiera nuevas municiones, incluyendo misiles de mayor alcance, gaste en ciberdefensas y cree un cuartel general de mando combinado de aire, mar y tierra que trabajará más estrechamente con las fuerzas estadounidenses en Japón.

Los legisladores del PLD, dijo Onodera, también están discutiendo una estructura de mando conjunta entre Estados Unidos y Japón que podría formarse para emergencias nacionales.

"Para defender a Japón, trabajaríamos con Estados Unidos para desplegar unidades, así que es natural que queramos discutir sobre tener un mando combinado", dijo.