Los conflictos sociales han aumentado en la nación andina durante el último año desde que el presidente socialista Pedro Castillo llegó al poder, con una serie de protestas contra las minas, incluida una que ha detenido la producción en el enorme yacimiento de cobre de Las Bambas.

Con los precios mundiales disparados por la alta demanda, eso amenaza ahora una cartera de inversiones mineras de unos 53.000 millones de dólares y podría paralizar futuros proyectos que, según el banco de inversión RBC, supondrán el 12% del suministro mundial de cobre en los próximos años.

"Sin ningún proyecto de clase mundial en el horizonte, las perspectivas de sostener la producción no son buenas", dijo Gonzalo Tamayo, analista de Macroconsult y ex ministro peruano de minas y energía.

Los ejecutivos mineros y los analistas se reunieron la semana pasada en Lima, la capital de Perú, donde la principal preocupación fue la caída de la inversión ligada al aumento de las protestas sociales. Un informe del banco central muestra que la inversión caerá alrededor de 1% este año y 15% en 2023.

Los conflictos, principalmente en las zonas andinas pobres, donde las comunidades se sienten ignoradas por la enorme riqueza mineral que hay bajo sus suelos, han empezado a hacer mella, con manifestantes envalentonados bajo el mandato de Castillo, que ganó las elecciones prometiendo redistribuir la riqueza minera.

La mina de Cuajone de Southern Copper estuvo paralizada durante casi dos meses a principios de este año.

Las Bambas, propiedad de la china MMG Ltd, suspendió sus operaciones en abril tras una invasión de la mina por parte de las comunidades que reclamaban lo que llamaban tierras ancestrales. La mina, que produce el 2% de la producción mundial de cobre, sigue sin funcionar.

Las Bambas había recibido la aprobación del gobierno en marzo para ampliar la mina, un plan que ahora está amenazado.

lvaro Ossio, vicepresidente comercial y financiero de Las Bambas, dijo en una presentación en el evento de Lima, que el país se enfrenta a una gran tarea para beneficiarse de los altos precios mundiales.

"El gran reto que nos queda a todos los peruanos es aprovechar esta gran oportunidad en estas tendencias futuras", dijo.

Las últimas grandes inversiones mineras de Perú fueron en Quellaveco, de Anglo American, y Mina Justa, de Minsur, por un monto combinado de 6.600 millones de dólares. Sus operaciones a partir de este año ayudarán a Perú a alcanzar una producción anual de 3 millones de toneladas de cobre para el 2025, según los expertos.

Sin embargo, otros proyectos importantes como Tia Mara, Michiquillay y Los Chancas de Southern Copper, por un valor de unos 6.700 millones de dólares, Trapiche de Buenaventura, de casi mil millones de dólares, y La Granja de Río Tinto, de 5.000 millones de dólares, siguen en el aire.

Sin embargo, no todo fue negativo.

La mayor minera de oro del mundo, Newmont Mining, dijo en el evento que estaba considerando expandirse hacia la producción de cobre en Perú, con un potencial retorno futuro al cancelado proyecto Conga.

El analista Tamayo, sin embargo, destacó que las recientes protestas contra la minería se han vuelto más difíciles de resolver.

"Ahora hay protestas que detienen las minas en pleno funcionamiento", dijo. "Las empresas mineras sienten que el Estado no las apoya y que el Estado ha dejado de ser el árbitro en los conflictos".