Por Feliz Solomon y Chao Deng THE WALL STREET JOURNAL
Tailandia se ha convertido en el último país en ofrecer señales de una disminución de la confianza en la protección de la vacuna china frente a la variante Delta al anunciar que suministrará dosis de refuerzo de farmacéuticas occidentales a los trabajadores sanitarios.
Aquellos que recibieron dos dosis de la vacuna desarrollada por Sinovac Biotech Ltd. contarán con una tercera de la elaborada por Pfizer Inc. y BioNTech SE o por AstraZeneca PLC, anunció el lunes el Ministerio de Sanidad tailandés. Los que solo tenían una dosis recibirán la segunda de AstraZeneca.
La decisión de mezclar las vacunas hace que Tailandia se una a la lista de países que han mostrado dudas sobre si las vacunas chinas funcionarán los suficientemente bien para proteger a los trabajadores sanitarios de la cepa Delta, que primero se detectó en India y que parece ser mucho más contagiosa que las anteriores versiones del virus. La variante se ha propagado por al menos 98 países.
Indonesia dijo la semana pasada que distribuiría entre sus sanitarios una dosis de refuerzo de Moderna Inc. Alrededor del 90% de estos trabajadores han recibido dos dosis de la vacuna de Sinovac, pero centenares se han contagiado de Covid-19, reduciendo la capacidad médica en medio de un repunte del virus, según el Ministerio de Sanidad del país y grupos de médicos.
Sinovac no respondió a una solicitud de comentarios.
En el golfo Pérsico, Baréin dijo en junio que comenzaría a administrar dosis de refuerzo de Pfizer a los residentes vulnerables que habían recibidos dos inoculaciones de la vacuna china desarrollada por Sinopharm.
Sinovac y Sinopharm están estudiando la protección que ofrecen los sueros frente a la variante Delta, pero no han publicado datos todavía. Ambas compañías han dicho que podría ser necesaria una dosis de refuerzo en algún momento tras el régimen de dos inyecciones.
Dos recientes estudios en Reino Unido determinaron que las vacunas fabricadas por Pfizer y AstraZeneca son altamente efectivas en prevenir la enfermedad grave causada por la cepa, mientras que la protección general podría reducirse. Un estudio diferente sobre la vacuna de Pfizer llevado a cabo en Israel mostró resultados similares.
Las vacunas chinas han sido clave en los esfuerzos de inoculación de muchos países del mundo en desarrollo. Sinopharm y Sinovac han acordado la entrega de 550 millones de dosis para que sean distribuidas mediante la iniciativa Covax, respaldada por Naciones Unidas, que aspira a entregar una proporción significativa de los 2.000 millones que pretende distribuir para principios de 2022, y está previsto que unos 110 millones de dosis de las vacunas chinas se distribuyan inmediatamente.
Las vacunas de Sinovac y Sinopharm han recibido la autorización de uso de emergencia de la Organización Mundial de la Salud. Un portavoz de la OMS dijo que, aunque la eficacia del suero de Sinovac era inferior que la de otros aprobados, la de todas era alta respecto a los casos graves de Covid-19.
"A medida que la gravedad de la infección se reduce, también lo hace la eficacia de la vacuna", explicó el portavoz, que añadió que todas las vacunas aprobadas por la OMS son "altamente efectivas en prevenir la enfermedad grave y la hospitalización por Covid-19".
Sin embargo, el cambio en la estrategia de Tailandia refleja el creciente escepticismo público sobre si las vacunas son lo suficientemente buenas para los trabajadores sanitarios, cuyo trabajo les hace más susceptibles al contagio. La decisión se produjo tras el enfado público por la muerte la semana pasada de una enfermera y la subsiguiente revelación por parte de las autoridades sanitarias de que cientos de trabajadores se habían infectado entre abril y julio.
Las autoridades hicieron hincapié en que la cifra de contagios, 618, representó menos del 0,1% de los más de 677.000 sanitarios que recibieron las dos dosis de Sinovac. De estos, solo dos habían enfermado gravemente, la enfermera que murió y otro que actualmente está en estado crítico.
Las autoridades aún están investigando el deceso de la enfermera. Según Sophon Iamsirithaworn, subdirector general del Departamento de Control de Enfermedades de Tailandia, la mujer tenía 30 años y sufría obesidad, un factor de alto riesgo.
Por su parte, Indonesia, que ha vacunado a alrededor del 5,5% de su población de 270 millones de personas, afronta una enorme ola de contagios por culpa de la variante Delta, que ha impulsado las infecciones y las muertes hasta niveles récord.
"Nuestros trabajadores sanitarios están bajo una extraordinaria presión, especialmente en esta segunda ola de la pandemia, por lo que queremos confirmar que están protegidos al máximo", afirmó el domingo el ministro de Sanidad indonesio, Budi Gunadi Sadikin, cuando llegaron tres millones de dosis donadas desde Estados Unidos.
Al menos 20 médicos indonesios que habían sido vacunados con la pauta completa de Sinovac murieron por el coronavirus entre febrero y junio, según el grupo de mitigación del Covid-19 de la Asociación Médica Indonesia. Al menos 10 de los 48 médicos que fallecieron de Covid-19 el mes pasado también estaban vacunados por completo con Sinovac, dijo el grupo.
--Jon Emont y Wilawan Watcharasakwet contribuyeron a este artículo.
Versión española de María Vega Paúl maria.vega@dowjones.com
Editado por RMR
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July 13, 2021 10:52 ET (14:52 GMT)