WASHINGTON (EFE Dow Jones)--Las empresas chinas con acciones cotizadas en Estados Unidos podrían tener que contratar auditores supervisados por los reguladores estadounidenses o se arriesgarían a ser expulsadas de las bolsas del país, de acuerdo con un plan que se está elaborando por parte de las autoridades regulatorias, informaron fuentes cercanas a la situación.

La propuesta, que podría ser sometida a comentarios públicos en diciembre, abordaría el distinto tratamiento que se aplica a las compañías chinas que salen a bolsa en Estados Unidos. Las firmas desde hace tiempo han podido vender acciones en el país, pese a que sus auditores infringen una protección crucial para los inversores: China no ha permitido que su trabajo sea inspeccionado.

La supervisión de los auditores ha estado supeditada a un regulador especial, el Consejo Supervisor de la Contabilidad de Sociedades Anónimas, desde que aparecieron los escándalos contables que derribaron a Enron Corp. hace casi 20 años. La Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos --la SEC, por sus siglas en inglés-- ha adoptado diferentes tácticas para lograr la cooperación de China con este organismo, desde demandar a las auditoras para obtener información de empresas fraudulentas hasta negociar con los reguladores chinos, pasando por emitir advertencias públicas a los inversores estadounidenses sobre el problema.

Ahora, la propuesta de la SEC situaría la responsabilidad en la Bolsa de Nueva York y el Nasdaq para exigir el cumplimiento de las inspecciones de auditoras y, de lo contrario, las empresas chinas se arriesgarían a no poder cotizar. Aquellas compañías con acciones negociadas en Estados Unidos tendrían unos años para cumplir las reglas antes de verse obligadas a salir de ese mercado.

La SEC está actuando con presteza para proponer elementos clave del plan antes de la marcha de su presidente, Jay Clayton, que el lunes anunció que prevé abandonar el cargo a finales de diciembre.

China ha manifestado que teme que los auditores revelen secretos estratégicos en manos de sus empresas, algunas de las cuales están participadas mayoritariamente por el Estado chino. El país estableció una barrera este año, al aplicar una ley que evita que sus ciudadanos y compañías cumplan la normativa de reguladores bursátiles extranjeros sin el permiso del supervisor de su propio mercado.

Para solucionar este problema, el plan de la SEC incluye otra propuesta para permitir a las empresas chinas tener una segunda revisión de sus libros por una firma contable con sede en el país donde los auditores están sujetos al control del Consejo Supervisor de la Contabilidad de Sociedades Anónimas. La auditora que realice esta tarea podría asumir la responsabilidad de la opinión que da y el supervisor comprobaría su trabajo.

--Paul Kiernan contribuyó a este artículo.

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Versión española de Carlos López Perea carlos.perea@dowjones.com

Editado por RMR

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November 17, 2020 10:52 ET (15:52 GMT)