España dijo que defenderá con firmeza sus intereses nacionales tras la decisión de Argelia de suspender un tratado de amistad y cooperación de 20 años y prohibir todo comercio no relacionado con el gas, una medida que también alarmó a los funcionarios de la UE.

España también estaba vigilando los flujos de gas procedentes de Argelia, su segundo mayor proveedor después de Estados Unidos, pero éstos no se vieron afectados por las desavenencias diplomáticas sobre la postura de Madrid en el territorio en disputa del Sáhara Occidental, dijo el jueves el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares.

Albares viajará a Bruselas el viernes para discutir la crisis con el comisario europeo de Comercio, Valdis Dombrovskis, según dijo una fuente diplomática a Reuters.

La decisión de Argelia es "extremadamente preocupante", dijo la portavoz de Asuntos Exteriores de la Comisión Europea, Nabila Massrali, y pidió a Argel que la revise y trabaje con España en la búsqueda de soluciones a su desacuerdo.

La asociación bancaria argelina ordenó el miércoles la suspensión de los pagos hacia y desde España, lo que, según fuentes argelinas, afecta a todos los intercambios comerciales, salvo el suministro de gas.

"Estamos analizando el alcance y las consecuencias nacionales y europeas de esa medida de forma serena y constructiva, pero también con firmeza en la defensa de España y de los intereses de los españoles y de las empresas españolas", dijo Albares a los periodistas.

Las exportaciones españolas a Argelia incluyen hierro y acero, maquinaria, productos de papel, alimentos, combustible y plásticos, mientras que las exportaciones de servicios incluyen la construcción, la banca y el negocio de los seguros.

Las empresas energéticas españolas Naturgy, Repsol y Cepsa tienen contratos con la empresa estatal argelina de gas Sonatrach. Reuters ha buscado el comentario de Sonatrach.

El presidente argelino, Abdelmadjid Tebboune, ha dicho previamente que no rompería el contrato de suministro por la disputa.

Argelia se enfadó cuando España dijo en marzo que apoyaba un plan marroquí para ofrecer autonomía al Sáhara Occidental. Argelia respalda al movimiento del Frente Polisario que busca la plena independencia del territorio, que Marruecos considera como propio y controla en su mayor parte.

La ministra española de Energía, Teresa Ribera, se mostró confiada en que Sonatrach respetará sus contratos comerciales, pero reconoció que la disputa diplomática y comercial llega en un momento delicado, ya que las empresas implicadas están revisando los precios de los contratos de suministro a 10 años.

El suministro de gas norteafricano a Europa ha cobrado cada vez más importancia este año a la luz de la invasión rusa de Ucrania.

EL SÁHARA OCCIDENTAL SE CALIENTA A FUEGO LENTO

El conflicto del Sáhara Occidental volvió a estallar en 2020, casi tres décadas después de un alto el fuego, lo que llevó a Argelia a romper sus lazos diplomáticos con Marruecos el año pasado, cuando también decidió no prorrogar un acuerdo de exportación de gas a través de un gasoducto que pasaba por Marruecos hasta España y que constituía casi todo el suministro de Marruecos.

Los suministros, que ahora utilizan el gasoducto submarino directo restante y por barco, han caído a poco más de una cuarta parte de las importaciones de gas de España en enero-abril, desde casi la mitad un año antes.

El tratado de Argelia con España también comprometía a ambas partes a cooperar en el control de la migración, lo que hace temer que su suspensión pueda llevar a Argel a relajar los controles fronterizos y alimentar un aumento hacia España, como ocurrió en una disputa diplomática con Marruecos el año pasado.

Eso podría suponer un problema potencial también para la Unión Europea e incluso para la OTAN.

España, como anfitriona de una cumbre de la OTAN que se celebrará del 29 al 30 de junio, presionará para que se incluyan las "amenazas híbridas" como la migración irregular, especialmente en el flanco sur, en la nueva hoja de ruta de la política de la alianza militar, dijo Albares a Reuters.

Las llegadas de inmigrantes argelinos han aumentado en los últimos años. En las islas Baleares de España -una ruta utilizada mayoritariamente por los argelinos para llegar a España- la policía tuvo que ampliar sus instalaciones de control después de que en 2021 llegaran unas 2.400 personas en 164 embarcaciones, unas cinco veces más que en 2019.

El miércoles, 115 inmigrantes indocumentados, casi todos ellos argelinos, llegaron a las islas, dijo la policía española.

"No se pueden descartar nuevas medidas (por parte de Argelia), pero dependerán de las exigencias de las partes", dijo Haizam Amirah-Fernández, analista principal para la región en el centro de estudios El Cano de Madrid, que pide una solución al Sáhara Occidental mediada por la ONU.