¿Cancelar la suscripción al gimnasio puede ser una premonición de un desastre financiero?

Ese es el tipo de preguntas que los bancos británicos se están haciendo mientras intentan averiguar si clientes con hipotecas por un valor conjunto de unos 75.000 millones de libras (85.000 millones de euros o 96.000 millones de dólares) podrán pagarlas tras finalizar una moratoria introducida cuando empezó a golpear la crisis del coronavirus.

Los bancos están escudriñando las transacciones de las cuentas corrientes, los gastos de las tarjetas de crédito y las tendencias de las búsquedas en Internet para encontrar pistas sobre las finanzas de sus clientes, en el marco de un esfuerzo más amplio por comprender el daño que la pandemia ha causado en sus carteras.

La insólita combinación de confinamientos, unas ayudas públicas sin precedentes y el camino incierto hacia la recuperación hace que los antiguos modelos de riesgos, basados en datos históricos, hayan quedado desplazados, y ahora es necesario un enfoque más dinámico y orientado al futuro para analizar el riesgo de los préstamos. Las búsquedas analizan datos anónimos y son una forma de estudiar el riesgo general, no los hábitos individuales de cada cliente.

Hay mucho en juego: si se subestiman los riesgos, los jefes de los bancos y los accionistas podrían sufrir un desagradable incremento en las pérdidas. Pero si se sobrestiman, los bancos podrían cerrar el grifo del crédito justo cuando es más necesario.

Los ejecutivos de los principales bancos británicos dicen que calcular el impacto en los préstamos, tanto hipotecarios como corporativos, es el mayor desafío en materia de gestión de riesgos desde la crisis de 2008.

"Esta vez hay una volatilidad económica mayor que nunca, hay un apoyo estatal sin precedentes, y tratar de modelar todo eso con un 100% de precisión es imposible", dijo Matt Waymark, director financiero de NatWest Group.

Dentro de una serie de medidas destinadas a apoyar a los hogares británicos afectados por el virus, se concedieron moratorias sobre hipotecas con un volumen de 300.000 millones de libras y alrededor del 70-80% de ellos han reanudado los pagos, dijeron banqueros y analistas a Reuters.

Esto significa que hay casi 100.000 millones de dólares pendientes en un momento en que los bancos también se enfrentan a una mayor morosidad en los préstamos a empresas y a una merma de su rentabilidad por unos tipos de interés cercanos a cero.

Se trata de una pequeña proporción, en comparación con los 1,5 billones de libras esterlinas en hipotecas que hay en vigor en Reino Unido, pero si se producen numerosos impagos de hipotecas junto con un incremento de fallidos en el segmento corporativo, la tasa de morosidad podría subir desde el 1,4% al 4,1% en 2022, según dijeron analistas de la agencia de calificación de crédito Moody's.

Este porcentaje superaría la tasa máxima registrada tras la crisis de 2008, que fue del 3,96% en 2011.

Es previsible que la primera prueba de resistencia tenga lugar en el cuarto trimestre de este año, cuando concluyen las ayudas públicas a las bajas temporales de empleo y también varios programas de crédito a empresas.

AMENAZAS IMPREDECIBLES

El apoyo estatal ha evitado un gran aumento de las deudas incobrables. El desafío de determinar si eso cambiará repentinamente se ve acentuado por el hecho de que algunos clientes sin dificultades financieras se acogieron a la moratoria para hacer frente a deudas más caras como las de las tarjetas de crédito, algo que llevó a amortizaciones récord en crédito al consumo en Reino Unido.

"Hemos visto muy poco hasta ahora en términos de impagos reales, mientras que los modelos habrían pronosticado un gran golpe tras la reciente caída de la economía, por lo que la pregunta es si los planes de apoyo estatal simplemente están retrasando el problema o realmente lo están mitigando", dijo Waymark.

La cuestión es particularmente apremiante para los bancos británicos debido a la velocidad y la escala con la que el plan se puso en marcha en Reino Unido.

Alrededor del 30% de las hipotecas británicas titulizadas estaban en moratoria, frente al 5% de las hipotecas francesas y el 10% de los préstamos hipotecarios españoles, según datos de S&P Global.

La presión por comprender los riesgos ha propiciado que los bancos británicos estén haciendo uso de los datos y la tecnología de nuevas maneras y con mayor intensidad que antes, algo que podría ser útil para modelizar otras amenazas impredecibles, como el cambio climático, según Rishi Khosla, CEO de OakNorth, que vende su tecnología de diagnóstico de carteras a otros bancos.

Se está acelerando una tendencia que ya era evidente antes de la pandemia en la que los grandes bancos extraen datos de los clientes para aumentar los ingresos.

Para comprobar la salud de los préstamos empresariales, por ejemplo, los bancos han empezado a utilizar algoritmos que escanean los titulares de las noticias en busca de historias negativas sobre determinadas empresas y sectores, de modo que puedan anticiparse a las rebajas en las calificaciones de crédito.

"Creo que cada vez hay más conciencia de que es importante tener cierto nivel de visión de futuro para complementar el enfoque estándar de clasificación de riesgos", dijo Khosla.

(Información de Lawrence White; traducido por Jose Elías Rodríguez)