Increíblemente, podríamos haber incluido a Nestlé en nuestra columna de perdedores "No habia que invitarlo". La razón es un reciente comportamiento bursátil muy alejado de los estándares del Grupo. La acción ha perdido un 8% en 6 meses, un 15% en un año y un 11% en tres años. En 5 años apenas ha alcanzado el punto de equilibrio. Este rendimiento debe considerarse en el contexto de los dividendos, que han proporcionado un rendimiento medio del 3% anual durante los últimos diez años. Pero esto está muy lejos del rendimiento del mercado. En resumen, el gigante de Vevey no ha deleitado a sus accionistas en los últimos años.

Fuente: MarketScreener

Vevey demuestra que Nestlé es una gran empresa 

¿Cómo explicar el desapego del mercado, cuando los resultados financieros de la empresa siguen siendo honorables? Empecemos por enumerar los puntos fuertes evidentes de la empresa:

  • Una organización bien engrasada. Parece una tontería, pero vale la pena repetirlo. El grupo suizo tiene una larga historia, procesos punteros y máxima experiencia en el exigente sector internacional de bienes de consumo.
  • Alta rentabilidad y buena visibilidad de los resultados futuros.
  • Marcas fuertes. Nestlé puede confiar en la sólida reputación de sus marcas (Nespresso, Purina, Perrier, San Pellegrino, Nidal, KitKat, etc.), que las hace menos sensibles a productos similares desarrollados bajo marca blanca. Además, una parte de la cartera se beneficia de una imagen premium, sobre todo en alimentación animal y preparados para lactantes. Los analistas estiman que un tercio del negocio se sitúa en las gamas más altas, que ofrecen un mayor poder de fijación de precios y una diferenciación más pronunciada.
  • La dirección no ha dudado en el pasado en rotar la cartera, para desprenderse de las actividades menos rentables, aunque la empresa se enfrente a la inevitable inercia asociada a su tamaño.
  • La marca suiza, que refuerza la imagen de solidez y fiabilidad de la empresa, entra en la categoría de "inversiones sólidas".
  • Nestlé sigue poseyendo el 20% de L'Oréal, cuyo valor actual ronda los 51.000 millones de euros. El futuro de esta participación es objeto de rumores recurrentes, aunque el tema no se ha vuelto a plantear realmente desde la última venta realizada por la empresa suiza en 2021. En cualquier caso, se trata de una importante fuente de fondos para reducir la deuda, recomprar acciones, realizar una adquisición... o incluso seguir beneficiándose de la subida de la cotización de la empresa francesa.
El grupo está bien diversificado en términos de ingresos (Fuente MarketScreener / S&P Capital IQ)

Estas ventajas son considerables. En sentido estricto, Nestlé no tiene lo que los americanos llaman un "MOAT", es decir, una posición inexpugnable, pero el grupo posee las cualidades que hacen que sus resultados sean sostenibles.

¿Y qué más? (What else ?)

A pesar de todo, algo no funciona por el momento. "Nestlé no es una empresa peor que hace dos años", afirma Bruno Monteyne, analista encargado de este tema en Bernstein. No, el problema es que parte del mercado piensa que los mejores años de Nestlé han quedado atrás, no que están por venir. Esta idea se ha visto reforzada por una acumulación de contratiempos en los dos últimos años, que han dañado gravemente la imagen del grupo. El escándalo Buitoni, por ejemplo, se gestionó mal. Más recientemente, el caso del agua mineral adulterada. Por no hablar del aumento de la deuda y de las recompras de acciones en un momento en que los tipos de interés suben y la generación de tesorería se deteriora, añade Monteyne en un plano más financiero. Otras preocupaciones menores señaladas por el analista son la marcha del Director Financiero y la falta de apetito inversor por las materias primas en Europa. Son muchos vientos en contra. Los veteranos de las finanzas saben bien que este tipo de amontonamiento suele significar que hay menos rigor que antes en la casa.

"Hay que tener en cuenta que lo principal que ha cambiado es la imagen, no la sustancia de una empresa alimentaria bien diversificada, bien gestionada y con acceso a las categorías de productos alimentarios de mejor calidad: café, alimentos para mascotas, confitería premium", añade Bruno Monteyne, que no compra la bajada porque espera a ver si la dirección es capaz de ofrecer los resultados esperados durante un periodo de prueba. "Por debajo de 90 CHF, la revalorización compensaría estas preocupaciones", subrayó a finales de febrero. Nestlé cotiza actualmente a 94,30 CHF, tras haber tocado en marzo un mínimo de tres años de 91,01 CHF.

Juan se ha vuelto a comer todos los chocolates 

Hay otra fuente de preocupación, algo difusa por el momento, pero que ahora se ha añadido a la pila de molestias: ¿qué impacto tendrán en la cartera de Nestlé los tratamientos contra la obesidad del tipo desarrollado por Novo Nordisk y Eli Lilly? El grupo es regularmente objeto de ataques contra sus productos, porque son dulces o grasos (chocolates, platos preparados, etc.), o incompatibles con las aspiraciones actuales (agua mineral, monodosis de café, envases de plástico, etc.). La aparición de los medicamentos contra la obesidad ha planteado nuevos interrogantes que afectan a todo el sector. La madre de todas las preguntas está aún por resolver formalmente: ¿la gente comerá tanto o más porque podrá adelgazar o controlar más fácilmente su hambre, o disminuirá su consumo? La hipótesis predominante, dado el mecanismo de acción de los tratamientos con agonistas del GLP-1, es que es probable que se produzca un efecto negativo sobre el consumo, aunque probablemente se diluya con el tiempo.

Mientras tanto, los inversores han optado por adoptar un enfoque prudente, prefiriendo los vendedores de detergente en polvo a los vendedores de confitería en la familia de los grandes bienes de consumo, lo que ha agravado el dolor de Nestlé. Como se ha señalado anteriormente, el cambio de rumbo de Nestlé en bolsa tuvo más que ver con la narrativa que con los resultados financieros. Pero la fiabilidad de los resultados financieros es un elemento básico para mejorar la narrativa: por lo tanto, es lo que los inversores deberían buscar ante todo. De forma subsidiaria, Nestlé también tiene algunos trucos en la manga (reorientación, participación en L'Oréal), por si fuera necesario reforzar la semántica del cambio de tendencia.