Nissan apuesta por una nueva versión de su vehículo eléctrico (VE) Leaf para revitalizar su fortuna, tras haber pasado de ser pionero en el mercado masivo de VE a rezagado desde que su primer modelo llegó a los concesionarios en 2010.
El fabricante japonés presentó este martes la tercera generación del Leaf, que saldrá a la venta en otoño en Estados Unidos, seguido de otras regiones. Sin embargo, su éxito dista de estar asegurado ante importantes obstáculos.
Los autos vendidos en EE. UU. se fabricarán en la planta de Nissan en Tochigi, Japón, y por ello estarán sujetos a aranceles. Mientras tanto, la demanda de VE en el país norteamericano se ha enfriado, ya que los clientes ahora prefieren los híbridos, una opción que Nissan aún no ofrece en Estados Unidos.
"Existe una alta posibilidad de que este lanzamiento ocurra en el peor momento posible, considerando la imposición de aranceles y la eliminación de subsidios a los VE por parte de la administración Trump", señaló Koji Endo, de SBI Securities.
"Si el nuevo Leaf no se vende, significará un gran problema para Nissan".
El precio del nuevo Leaf aún no ha sido anunciado, pero el diseño tipo hatchback anterior ha sido renovado como crossover, con una capacidad de batería hasta un 25% mayor que la versión previa. Nissan estima una autonomía máxima de hasta 303 millas en EE. UU. con su batería de 75 kWh.
Incluso con los aranceles, el precio en EE. UU. será competitivo, aseguró un portavoz de Nissan.
Es difícil subestimar la importancia simbólica del Leaf para Nissan.
Fue el VE más vendido del mundo durante años, hasta que fue superado por Tesla. Presentado por el ahora desacreditado Carlos Ghosn, marcó la intención de Nissan de desempeñar un papel relevante en el futuro eléctrico. A pesar de los problemas de la compañía en los últimos años, ha vendido casi 700.000 unidades del Leaf.
El director ejecutivo Ivan Espinosa ahora enfrenta la difícil tarea de implementar los recortes de costos necesarios mientras sigue invirtiendo en el desarrollo de nuevos modelos para renovar una gama envejecida y la ausencia de híbridos en Estados Unidos.
Espinosa ha presentado planes para importantes recortes, incluyendo el cierre de siete plantas y la eliminación de 11.000 empleos. Esto llevará los recortes de personal a unos 20.000, sumando los anunciados por su predecesor el año pasado.
Nissan reportó una pérdida neta de aproximadamente 4.500 millones de dólares en el último año fiscal y enfrenta una deuda de 596 mil millones de yenes (4.100 millones de dólares) que vence el próximo año.
El nuevo Leaf también se fabricará en la planta de Sunderland, en Reino Unido. No se espera que las plantas de Tochigi y Sunderland estén entre las que cerrarán, aunque la fábrica de Oppama, donde se produjo por primera vez el Leaf, podría ser clausurada.