SÍDNEY, 18 ene (Reuters) - Australia sufrió el martes su día más mortífero de la pandemia de COVID-19, mientras el brote de la variante ómicron del coronavirus, de rápida propagación, siguió elevando las tasas de hospitalización a niveles récord, aunque las infecciones diarias se redujeron ligeramente.

Australia está haciendo frente a su peor brote de COVID-19 alimentado por la variante ómicron, que ha llevado a más personas a los hospitales y a las unidades de cuidados intensivos que en cualquier otro momento de la pandemia.

Se ha registrado un total de 77 muertes, superando el anterior máximo nacional de 57 el pasado jueves, según datos oficiales.

El aumento del número de casos golpeó la confianza de los consumidores la semana pasada, según mostró una encuesta de ANZ el martes, desencadenando confinamientos autoimpuestos y sofocando el gasto, incluso cuando los estados trataron de evitar los cierres y mantener los negocios abiertos.

En medio del aumento de las hospitalizaciones, el estado australiano de Victoria declaró el martes un "código marrón" en los hospitales, normalmente reservado para las emergencias a corto plazo, que daría a los hospitales el poder de cancelar los servicios sanitarios no urgentes y anular las bajas del personal.

Para ayudar a los hospitales públicos a hacer frente a la situación, el Gobierno federal ha activado un plan para que los hospitales privados proporcionen hasta 57.000 enfermeras y más de 100.000 empleados a las zonas afectadas por ómicron en todo el país, dijo el ministro de Sanidad, Greg Hunt.

El martes se registraron unos 73.000 nuevos contagios, por debajo del máximo de 150.000 registrado el jueves pasado. Hasta ahora, Australia ha notificado alrededor de 1,6 millones de infecciones desde que comenzó la pandemia, de las cuales alrededor de 1,3 millones se produjeron en las dos últimas semanas. El total de muertes asciende a 2.776 fallecidos.

(Información de Renju Jose; información adicional de Sonali Paul en Melbourne; edición de Richard Pullin; traducido por José Muñoz en la redacción de Gdansk)