Prueba de ello es el anuncio de ayer sobre la adquisición de la estadounidense Interpublic -quinto grupo publicitario del mundo- por su compatriota Omnicom, en la actualidad segunda en el podio por delante de la británica WPP y por detrás de la francesa Publicis.
La noticia llega justo a tiempo, al producirse tras una campaña de relaciones públicas lanzada por Publicis hace tan solo unos días para celebrar -con la ayuda del rapero Snoop Dogg y cierta chulería- su posición de líder mundial. A la espera de que las autoridades de la competencia autoricen la operación -lo que no será un camino de rosas-, esta campaña se verá ahora eclipsada por la noticia.
Financiada íntegramente en acciones de Omnicom, la compra de Interpublic confirma lo que señalábamos en nuestro anterior comentario sobre los resultados del grupo, a saber, que su valoración actual se basaba en múltiplos históricamente elevados; algo que su presidente John Wren parece haber querido aprovechar.
Valorada en 13.000 millones USD, Interpublic, cuyas ventas solo han crecido un 25% en el último decenio, se está comprando a trece veces sus beneficios, un múltiplo bastante similar al que el mercado asignaba a Omnicom, la cual, por cierto, también ha tenido unos resultados de crecimiento comparables.
Hábilmente gestionada, formidable gestora de costes y compradora oportunista de sus propias acciones en el mercado, Interpublic ha conseguido triplicar sus beneficios por acción durante este periodo. En este sentido, una valoración de solo trece veces los beneficios consolidados es sorprendentemente modesta.
Combinados los dos grupos, que reunirán bajo un mismo techo a las famosas agencias McCann, FCB, BBDO y TBWA, entre otras, generarán un EBITDA de 4.000 millones USD. Basándose en el múltiplo de diez veces el EBITDA que ha definido en gran medida sus valoraciones durante los últimos diez años, el nuevo grupo debería alcanzar un valor de mercado de unos 40.000 millones USD.
Esta operación ha suscitado reacciones sarcásticas de varios observadores informados, entre ellos el volcánico Martin Sorrell, fundador de WPP y S4, que la comparó con "una caravana de carros formando un círculo defensivo" frente a los grandes grupos tecnológicos que ahora acaparan el grueso del negocio publicitario.
También reabre el debate sobre la valoración de Publicis -que se encuentra en niveles récord- y sobre una posible mayor consolidación del sector. Como sabemos, tanto S4 como WPP atraviesan momentos difíciles, mientras que la más pequeña Havas, que en breve hará su reaparición en la bolsa holandesa, probablemente palidezca en comparación con los gigantes del sector.