Carbios ha firmado un acuerdo con On, Patagonia, PUMA y Salomon, para desarrollar soluciones que mejoren la reciclabilidad y circularidad de sus productos. Un elemento importante del acuerdo de dos años será acelerar la introducción de la tecnología única de biorreciclaje de Carbios, que constituye un avance para la industria textil. Carbios y las cuatro empresas también investigarán cómo se pueden reciclar los productos, desarrollarán soluciones para recuperar los artículos de poliéster desgastados, incluyendo tecnologías de clasificación y desmontaje, y recopilarán datos sobre el reciclaje de fibra a fibra, así como modelos de circularidad.

El reto que comparten las cuatro marcas es que sus ambiciosos objetivos de desarrollo sostenible sólo pueden cumplirse parcialmente con las tecnologías de reciclaje convencionales, que se centran sobre todo en el reciclaje de botella a fibra. Las futuras normativas exigirán una mayor circularidad en los envases y el textil. Sin embargo, el consenso del mercado es que pronto habrá una escasez de botellas de PET, ya que se utilizarán para los métodos de producción circular en la industria de alimentos y bebidas.

El innovador proceso de Carbios constituye un verdadero avance tecnológico para el reciclaje de las fibras de poliéster (PET), que se utilizan ampliamente en las prendas de vestir, el calzado y la ropa deportiva, solas o junto con otras fibras. El poliéster PET es la fibra más importante para la industria textil, con 52 Tm producidas, superando incluso al algodón con 23 Tm1. El proceso de biorreciclaje utiliza una enzima capaz de extraer selectivamente el poliéster, recuperándolo para recrear una fibra virgen.

Esta revolucionaria tecnología permite recuperar el poliéster PET presente en todos los residuos textiles que no pueden reciclarse con las tecnologías tradicionales. Los plásticos y las fibras de PET se utilizan para fabricar bienes de consumo cotidianos como botellas, envases y textiles. En la actualidad, la mayor parte del PET se produce a partir de recursos fósiles, y luego se utiliza y desecha según un modelo lineal de despilfarro.

Al crear una economía circular a partir de plásticos y fibras usados, la tecnología de biorreciclaje de Carbios ofrece una solución sostenible y más responsable.