UAGADUGÚ, 24 ene (Reuters) -El presidente de Burkina Faso, Roch Kaboré, ha sido detenido en un campamento militar por soldados rebeldes, según informaron el lunes cuatro fuentes de seguridad y un diplomático de África Occidental, tras un intenso tiroteo en torno a su residencia ocurrido el domingo por la noche en la capital del país, Uagadugú.

Su detención sigue a un cruce continuo de disparos en los campamentos militares del país africano occidental durante el domingo, en los que los soldados rebeldes exigían más apoyo para su lucha contra los militantes islamistas. El Gobierno ha negado que el ejército haya tomado el poder.

El lunes por la mañana se desconocía el paradero exacto o la situación de Kaboré, con informes contradictorios circulando entre fuentes de seguridad y diplomáticas.

Cerca de la residencia del presidente podían verse varios vehículos blindados de la flota presidencial acribillados a balazos. Uno de ellos estaba salpicado de sangre. Los residentes del barrio del presidente informaron de que se habían producido fuertes disparos durante la noche.

Tres vehículos blindados y soldados con pasamontañas estaban apostados frente a la sede de la emisora estatal.

El lunes no fue posible contactar con fuentes gubernamentales.

En los últimos meses, Kaboré se ha enfrentado a oleadas de protestas callejeras debido a la frustración por los frecuentes asesinatos de civiles y soldados, algunos de los cuales tienen vínculos con el Estado Islámico y Al Qaeda.

En noviembre, un ataque contra un puesto de la gendarmería en Inata, en la región septentrional de Soum, causó la muerte de 49 policías militares y cuatro civiles. Más tarde se supo que las fuerzas estacionadas allí se habían quedado sin alimentos y se habían visto obligadas a sacrificar animales en los alrededores durante dos semanas.

Los manifestantes salieron a apoyar a los militares rebeldes el domingo y saquearon la sede del partido político de Kaboré. El Gobierno declaró el toque de queda desde las 2000 GMT hasta las 0530 GMT hasta nuevo aviso y cerró las escuelas durante dos días.

La agitación en Burkina Faso se produce tras los golpes militares de los últimos 18 meses en Malí y Guinea, donde el ejército destituyó al presidente Alpha Condé el pasado mes de septiembre.

Los militares también tomaron el mando en Chad el año pasado tras la muerte del presidente Idriss Déby en el campo de batalla.

Burkina Faso es uno de los países más pobres de África Occidental, a pesar de ser un importante productor de oro.

Los militantes islamistas controlan franjas del país y han obligado a los residentes de algunas zonas a acatar su dura versión de la ley islámica, mientras que la lucha del ejército por sofocar la insurgencia ha agotado los escasos recursos nacionales.

En noviembre, Kaboré se comprometió a poner fin al "desorden" en el ejército, afirmando que una investigación sobre el ataque de Inata iría seguida de medidas disciplinarias y que lanzaría una campaña anticorrupción.

Parte de la ira en Burkina Faso a finales del año pasado también se dirigió contra el antiguo gobernante colonial, Francia, que ha desplegado miles de soldados en la región del Sahel de África Occidental para combatir a los militantes islamistas.

(Información de Thiam Ndiaga y Anne Mimault; información adicional de David Lewis; escrito por Bate Felix, Nellie Peyton y Estelle Shirbon; editado por Peter Graff, Alex Richardson, William Maclean; traducción de Darío Fernández)