El acuerdo ya es objeto de una investigación en profundidad por parte del organismo de control de la competencia del Reino Unido, preocupado por la posibilidad de que bloquee la competencia en el mercado de la conectividad de la aviación y provoque potencialmente que las aerolíneas tengan que hacer frente a precios más elevados por la conexión Wi-Fi a bordo.

El organismo antimonopolio de la UE puede autorizar el acuerdo con o sin medidas correctoras o abrir una investigación a gran escala si tiene serias dudas sobre la vinculación.

Las empresas compiten con los líderes del mercado, Panasonic e Intelsat, en el mercado de la conexión Wi-Fi a bordo en vuelos de larga distancia.

Viasat ofrece servicios de conectividad a clientes residenciales, de aviación y de defensa en Norteamérica, mientras que entre los clientes de Inmarsat figuran los sectores del transporte marítimo y la aviación, así como departamentos gubernamentales.