Recordemos el famoso comentario de Warren Buffett sobre Disney hace unos veinte años, cuando hizo la divertidísima analogía de que poseer acciones de Disney era como poseer un catálogo de franquicias que podían ser reexplotadas ad infinitum, el equivalente a poseer un yacimiento petrolífero cuyo recurso volvería al subsuelo tras su extracción.

En este sentido, Paramount cuenta con un catálogo de propiedades intelectuales absolutamente excepcional (Star Trek, Bob Esponja, El Padrino, South Park, Misión Imposible, Terminator, Sonic, La Patrulla, Scream y Kung Fu Panda). En los últimos meses, el grupo también ha demostrado su capacidad para producir nuevas superproducciones, por ejemplo con la saga de Yellowstone, Top Gun, Mentes Criminales, etc.
 
La empresa ha obtenido sistemáticamente una rentabilidad sobre fondos propios tangibles superior al 20%, y sin embargo se valora a x0,5 de su facturación, frente a x4,5 de Netflix.
 
Se trata de una situación paradójica, ya que la producción de contenidos originales sigue siendo LA clave del éxito. Como prueba, Netflix puede ser poderoso en distribución (con el mayor número de miembros de streaming), pero sólo ofrece 1.500 títulos originales de un catálogo de 17.000 títulos. El grupo tiene, pues, una necesidad vital para los estudios, en particular los de Paramount, el rey de reyes en este ámbito con 10.000 películas y 30.000 series. Por supuesto, Netflix quiere crecer e invierte 17.000 millones de dólares al año en contenidos. Pero Paramount se ha alineado con esta norma, por lo que estamos viendo aquí una batalla de iguales.
La televisión tradicional, aunque en declive, sigue siendo una industria de 140.000 millones de dólares, y la cadena CBS (propiedad de Paramount) es el líder estadounidense del sector. Paramount+ y Showtime juntos, ambos propiedad de Paramount, son el servicio de streaming de más rápido crecimiento, con 56 millones de miembros y lanzamientos recientes en 16 nuevos países.
 
La dirección, que destaca por dar la vuelta a Viacom (antes Paramount) antes de la fusión con CBS, ha dirigido hasta ahora con éxito su entrada en el streaming, y está demostrando que no tiene reparos en cerrar negocios inviables, como hizo cuando vendió el negocio editorial. 
 
El mercado publicitario aún no ha penetrado bien en los servicios de streaming, pero si lo hace, creará una importante fuente de crecimiento adicional. El grupo también podrá lograr importantes economías de escala a medida que integre sus diversos negocios a través de las plataformas de streaming de su propiedad.
Situación financiera 
 
El grupo tiene un bajo nivel de deuda en comparación con sus dos principales rivales, Netflix y WarnerMedia (propiedad de AT&T), con vencimientos bien repartidos a lo largo de las próximas décadas. Lleva una contabilidad conservadora (todos los costes de desarrollo y producción se cargan a gastos en lugar de capitalizarse). 
 
La empresa sigue siendo muy rentable en términos consolidados. En efecto, si el desarrollo de la actividad de streaming cuesta dinero, los demás segmentos (cine, televisión, etc.) son magníficos cajeros automáticos. También tiene el menor coste de adquisición DTC (Direct To Consumer, es decir, streaming), estimado en 5 dólares para el streaming y 1,2 dólares para Pluto TV.
 
La valoración actual de la acción, de 23 dólares, equivale a 8 veces el FCF anual medio de la última década y a 6 veces el BPA medio de la última década. El grupo ofrece un dividendo constante y creciente y una rentabilidad del 4%. 
Este panorama tiene algunos puntos negativos. Los ingresos publicitarios del grupo bajan y las audiencias de la división de televisión lineal se erosionan. Por tanto, la oferta de streaming tendrá que compensar esta pérdida de ingresos. 
 
Las cuentas del grupo también son difíciles de leer, debido a las enormes amortizaciones y variaciones del capital circulante típicas del sector de los medios de comunicación (las cuentas de Disney son igualmente opacas). Dicho esto, podemos ver que en la última década 2011-2021, Paramount ha publicado un total de 41 dólares en BPA (beneficios por acción), o una media anual de 3,8 dólares. En términos de flujo de caja libre, produce un FCF por acción de 31 dólares, o una media anual de 2,8 dólares.
 
Paramount es, por tanto, un activo de calidad con un valioso catálogo de propiedad intelectual y una valoración baja. Berkshire Hathaway no habrá desaprovechado esta oportunidad.

Paramount Global: el

Clasificaciónes Surperformance de Paramount