En el pico de la burbuja tecnológica, varios grupos, entre ellos Peloton, emitieron bonos convertibles con cupón cero. El grupo conocido por sus bicicletas estáticas y cintas de correr de alta tecnología recaudó la friolera de 1.000 millones de dólares a través de este instrumento. En aquel momento, el apetito del mercado por estas empresas que prometían el infinito y más allá era tal que podían emitir deuda sin intereses. En cuanto a la opción de conversión, da acceso a las acciones de Peloton a 239 dólares para un vencimiento en 2026. Así de ridícula era la visión de los inversores sobre la situación de Peloton, dado que la acción cotiza actualmente a unos 10 dólares, frente a los 171 dólares de una tarde de enero de 2021. La narrativa se ha invertido por completo en sólo unas semanas.

Convertible Peloton
Características del bono convertible Peloton (captura de pantalla de Bloomberg)

En definitiva, no es la cláusula de conversión lo que hace interesante este bono, a no ser que se piense que Peloton puede llegar a los 239 dólares en 2026. Más bien se trata de la antigüedad y el descuento del 35% a la par. En otras palabras, incluso sin cupón o conversión, sigue siendo un título de deuda redimible a la par al vencimiento, dentro de cuatro años. Si Peloton no quiebra para entonces, por supuesto.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que la liquidez es hiperlimitada, por lo que no es fácil acceder al mercado del valor. Por lo tanto, este tipo de situación está reservada a los inversores especialmente sofisticados que tienen acceso a corredores de primera categoría, que pueden permitirse unos costes de transacción elevados y que también deben beneficiarse de una fiscalidad adecuada.

Pero desde el punto de vista de un simple observador, es interesante fijarse en estos productos para tomar el pulso al mercado. Hace aproximadamente un año, los inversores de crédito -supuestamente mucho más conservadores que los de capital- estaban dispuestos a prestar un cupón cero a Peloton. Que seguía siendo una startup no rentable con un alto poder de consumo de efectivo. ¿Por qué? Porque pensaban que era muy probable que las acciones subieran a 200 dólares, lo que implicaba una capitalización de 80.000 millones de dólares incluyendo la dilución de las opciones sobre acciones. Esto es realmente jugar con fuego.

Así, podemos ver que en sólo doce meses, la narrativa puede invertirse por completo, y que incluso los inversores de crédito pueden actuar de forma irracional. Una buena oportunidad para recordar la sabiduría de Warren Buffett: "sé tímido cuando los demás son codiciosos y codicioso cuando los demás son tímidos".